
El físico fue autor en 1964 de la teoría del bosón que luego llevó su nombre, y cuya demostración práctica insumió casi medio siglo.
Eduardo lo disfrutará de manera vitalicia. Sin embargo, como ha ocurrido hasta ahora, luego volverá a la corona, indica un comunicado emitido por el Palacio de Buckingham.
En la avenida Royal Mile, en el centro histórico de la ciudad, miles de ciudadanos se dieron cita desde muy temprano para ver pasar el ataúd, cubierto con el estandarte real de Escocia y una corona de flores.