La que amaneció “con cierto dolor en el Ecuador” porque no ganó el candidato-títere de Rafael Correa no se le mueve una fibra de su cacareada sensibilidad socialista por el daño que ella misma le ha infligido al pueblo venezolano. | Foto cortesía
El estado Bolívar es muestra fehaciente de cómo en sus confines se cuece la miseria de la mano de la tragedia, igual que ahora pasa con el pueblo de Güiria en Sucre.
La desolación y la tristeza recorren las calles de los municipios de Bolívar, desde los rostros de su gente que busca la sobrevivencia frente al desastre integral.
Zoraida Rodríguez fue la primera víctima del ataque del Ejército a la comunidad indígena pemón en la madrugada del 22 de febrero de 2019. Su esposo, Rolando García, también fue herido y murió 10 días después. Su hija Zorailys, de 19 años de edad, revive esos días de dolor y el desplazamiento forzado a suelo brasileño.
En las afueras del Hospital Uyapar nació el lunes un niño al que su madre decidió llamar Emmanuel. La irregularidad de su nacimiento conmocionó a Ciudad Guayana, La directora del recinto hospitalario, Yanitza Rodríguez, emitió un comunicado en el que informó que “lo importante es que está en buenas condiciones”.
En nuestra región no estamos exentos de las charadas de acuerdos como la exhibida al país. En el presente momento no hay instancia de la vida de Guayana que no esté en los cálculos de la revolución para conculcar el espíritu de transformación de desarrollo y sosiego social.
En plena edición 2018 del Festival Gabo, de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), el cronista Sinar Alvarado concedió esta entrevista sobre historias, sobre Venezuela, sobre sus obras, sobre periodismo y, por supuesto, sobre el vaso comunicante de todo: escribir.
En su primer discurso económico en 1999, Chávez hablaba de respeto a la propiedad privada, de atraer capitales, de frenar la inflación y de todo lo malo de las dos décadas previas. Hoy, a dos décadas de su primer triunfo electoral, sus opiniones sobre ese desastre permiten dibujar el caos económico actual.