“Es un desastre, tiene que haber un solo dólar, si es a 40 a 40 y si es a 38, pues 38 porque el paralelo y oficial eso es un tira y encoge, si uno paga la mercancía en bolívares te la cobran al paralelo”, afirma un comerciante.
El Estado venezolano continúa luchando por controlar la tasa de cambio paralelo, que llegó a 44 bolívares, a través de la inyección a la banca.
La brecha entre el oficial y el paralelo se ubica alrededor de 20%, para los especialistas “esto es una distorsión” nociva para la economía, que podría derivar en una aceleración de la inflación y también en el riesgo de que la economía vuelva entrar a recesión, un ciclo del que salió en 2021 cuando el producto interno bruto detuvo su caída.
Al mismo tiempo, Nina Jurna escribió en la prensa neerlandesa sobre la represión que aterroriza a los venezolanos: “Operatie Klop Klop”, equivalente a operación tun-tun.
Para estabilizar al dólar el gobierno dosificó la cantidad de bolívares a fin de que hubiese menos dinero para comprar divisas.
Esta leve disminución está asociada a la incertidumbre por la elección presidencial del 28 de julio y sus implicaciones en términos de sanciones, argumentó el Observatorio Venezolano de Finanzas.
En lo que va de año el gobierno ha mantenido fija la cotización del dólar que reporta el BCV, enviando una señal que aplaca las expectativas y reduce la inflación; pero el aumento del gasto en la campaña amenaza con aflojar las tuercas de la estrategia.
El tipo de cambio oficial se mantiene prácticamente inamovible con descensos interdiarios mínimos a pesar del incremento de la liquidez en bolívares.
La política monetaria contractiva del BCV ha sido clave para mantener la estabilidad del tipo de cambio durante más de un trimestre.
La CAF subió 1,8% (383,03 bolívares) respecto al costo de marzo de este año, pero en dólares bajó -0,4% (1,97 dólares).