La despedida del líder opositor tuvo lugar entre estrictas medidas de seguridad y un despliegue policial sin precedentes en el barrio de Mariino.
En abril, Moscú ya había anunciado la expulsión de una veintena de diplomáticos alemanes, en represalia por una medida similar adoptada por el gobierno de Berlín.
Una sentencia de la Corte Suprema de Brasil señalaba que los diplomáticos de Maduro tenían que hacer los trámites migratorios para permanecer en Brasil, luego que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro no los reconociera como representantes de Venezuela.
Venezuela señaló que Saab es un ciudadano venezolano y un “agente” del Gobierno. Según el régimen chavista, se encontraba “en tránsito” en Cabo Verde para volver al país.
El Gobierno de Costa Rica indicó que el personal diplomático del régimen de Maduro ya no es reconocido como los representantes de Venezuela en territorio costarricense.