miércoles, 19 febrero 2025
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Dios

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Más noticias

Opinión

Fuerza y serenidad

La fuerza y la serenidad provienen de la paz interior de quien ha sido genuino en su entrega y su amor por lo que hace. No hay falla.

Lo Actual

‘Nacho’ Mendoza y Melany Mille se casan en Miami

El cantante en varias entrevistas confesó que Melany llegó a su vida en un momento de transformación personal, describiéndola como una mujer fuerte y comprensiva que es clave en su estabilidad emocional.

Opinión

El sueño de la razón y las polaridades

La pérdida de toda relación de lo humano en Occidente con la Esencia de las esencias, llamémosle Dios, explica el enloquecimiento de las polaridades sociales y políticas en curso: como la declinación amalgamadora de las naciones y de las repúblicas que aquéllas han sustentado bajo la forma de Estados.

Opinión

Tres oraciones

Ahora no tengo nada. Mis viejos ya no están. Mi tierra yace lejos, y con ella mis amores. Pero te he encontrado, oh capitán, y no necesito más.

Opinión

El pueblo de Dios avanza indetenible

Honesto a carta cabal, bien dado a la búsqueda de acuerdos y entendimientos básicos que impidan una tragedia mayor y con suficiente coraje para enfrentar las dificultades y superar los obstáculos de esta hora dramática.

Bienmesabe

Dolor de justicia en la Guayana profunda

Son por lo tanto la expresión perfecta de conglomerados venezolanos que se han desplazados desde otros municipios de Guayana y de otros pueblos de todo el país, callando -a riesgo de muerte- los derechos durante las últimas décadas.

Sociedad

“Polvo eres y en polvo te convertirás”

Esta es la frase que usa el sacerdote cada miércoles de ceniza para marcar, no solamente la señal de la cruz en la frente de todo feligrés, sino también para indicar que se inicia el tiempo litúrgico de la cuaresma, según los preceptos de la Iglesia Católica.

Opinión

Sobrevivir a mi tiempo

Hay escritores que escriben para colmar las insaciables apetencias de su voraz ego; son los escritores ególatras y narcisistas que escriben para contemplarse indefinidamente en el pozo insondable de sus vanidades. Contra eso no se puede hacer nada.