La historia ha demostrado que quienes usan tácticas autoritarias son una amenaza para la democracia, la libertad y la justicia. La glorificación de estos líderes puede llevar a una sociedad a la ruina, ya que estos líderes suelen ser impulsados por su propio ego y su deseo de poder.
La megalomanía de los dictadores es de tal profundidad, que en cuanto se sientan y empiezan a gobernar, las ambiciones y sueños de grandeza los oprimen.