Luchemos todos por fortalecer el valor de la madre y con ella la necesidad de convertir a todo el país en una gran familia, digna y justa. Sin necesidad de renunciar a principios o preferencias políticas e ideológicas la visión familiar de la nación es posible.
Ellos tienen que arreciar sus conductas para aparentar fortaleza, pero lo cierto es que nunca han estado tan débiles. El próximo Día de la Madre, anótenlo, lo celebraremos en libertad y con muchos de nuestros hijos de vuelta.
El Día de las Madres también es el Día de las Comadres, y este país, en emergencia humanitaria compleja, complejísima, necesita de todas ustedes.