Voceros de la Central Alianza Sindical Independiente (ASI) y la Central Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (Unete) denotan escasa voluntad gubernamental en las mesas de trabajo y piden garantías en la incipiente negociación. | Foto William Urdaneta
Lo del pobre Pedro Sánchez, de España, no debería sorprender a nadie. Ni tampoco lo de su vicepresidente Pablo Iglesias, más coherente y agradecido, por supuesto. Queda mal decirlo, pero lo anticipamos una vez el socialista logró su objetivo, arañando.