
La política cambiaria venezolana, implementada hace aproximadamente seis o siete años, ha llegado a un punto de desgaste que exige una revisión inmediata, consideran diversos analistas.
América Latina, considerada la región más desigual del mundo, cerró 2023 y 2024 con crecimiento de 2,3%. No obstante, Cepal alertó que la guerra comercial “profundiza el gran desafío de revertir la senda de bajo crecimiento económico que ha mostrado la región en la última década”.
Sus integrantes afirman que el de este período es colaborar con los sectores productivos del estado Bolívar y evaluar el potencial de inversión regional.
De acuerdo a datos de la organización gremial, las ventas electrónicas en el país se incrementaron 35% en el último trimestre del año con respecto al mismo período de 2023.
La empresaria insiste que elementos como la voracidad fiscal, los servicios públicos, y otros temas afectan a la industria.
La ganancia del sistema financiero venezolano fue de 9,25 millardos de bolívares (195,51 millones de dólares), denotando un ascenso de 5,69% respecto al mismo periodo del año previo.
El directivo afirma que la encuesta de coyuntura le permite determinar cuáles son los factores que afectan el crecimiento y qué es lo que se necesita para hacer a la industria más competitiva.
“Todas las cámaras que nos acompañarán en el circuito automotriz coincidimos en que la lucha contra la informalidad es determinante para fortalecer a nuestro sector en el país”, afirma Gino Fileri.
La proyección de la organización para final de año de un crecimiento coincide con la expuesta por Fedecámaras Anzoátegui a principios de octubre cuando su presidenta, Monique Loffredo, señaló que hay estimaciones de un repunte económico en el último trimestre de 2024.
El Fondo Monetario Internacional mantiene su previsión de crecimiento global en 3,2% para 2023, pero reduce las proyecciones para 2025.