“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Este refrán ilustra a la perfección la actitud del TSJ en el caso de la suspendida jueza, señala la organización Acceso a la Justicia.
Nelson Afiuni, hermano de la jueza, dijo que aunque la Fiscalía objetó que “no se pudo comprobar ningún delito” y pedía la absolución, el juez la condenó por “corrupción espiritual”.