Montilla aconseja que “quizás en la adolescencia” cuando el organismo alcanza una capacidad renal y hepática sí se pueden ingerir infusiones, pero siempre hay que considerar el estado de salud.
De acuerdo con el Índice de Escasez de Medicamentos de febrero de 2019, la morbilidad por falta de anticonvulsivos es de 91.2%.