Mientras la cartera de Educación anuncia el retorno a las aulas, los docentes se han sumado a una gran jornada de protesta nacional, junto con más trabajadores del sector público.
Bolívar subrayó que la discusión del contrato colectivo se encuentra paralizada, lo que motiva a la FVM a retomar las manifestaciones este nuevo año.
Detenciones, amenazas y persecución continúa siendo la realidad que azota a los trabajadores de Guayana quienes alzan la voz en pro de sus beneficios.
Afectados señalan la fragmentación de las utilidades y el impago del aporte educativo como los principales incumplimientos de la compañía, a la que denunciaron en la Inspectoría del Trabajo.
Educadores advierten que continuarán en las calles hasta que haya una respuesta por parte de las autoridades educativas con respecto a la firma de un nuevo contrato colectiva.
El motivo principal de las convocatorias de calle, más allá de las diversas violaciones de derechos laborales, tiene que ver con un salario que empuja a docentes con distintos grados de profesionalización a la precariedad.
Marín asegura que un educador debe percibir de salario lo equivalente a la canasta básica alimentaria, que actualmente está alrededor de los 500 dólares, lo equivalente a más de 15 mil bolívares.
Cincuenta y cinco dólares por trabajador es el monto que reciben los empleados para costear la educación de sus hijos sin importar número de representados ni costo de las matrículas.
En relación a la situación en el arco minero, el candidato sostuvo que la solución de raíz es “un cambio político en Venezuela”.
Gremio educativo se declara en emergencia y exige la mejora inmediata de beneficios.