“Ojalá muy pronto podamos estar juntos nuevamente. Que Dios los bendiga hoy y que la paz esté con toda Venezuela”.
Para el biólogo Alejandro Álvarez sería muy importante si hubiese un trabajo de parte de las autoridades en todos sus niveles, en conjunto con la sociedad civil.
La situación es conocida por todos los marabinos, que ven cómo el embalse de agua dulce pierde cada vez más su belleza entre la basura y los derrames de petróleo.
Gabriel Boric, paradigma de la contra cultura digital en avance, es cultor de la instantaneidad. Asume sus experiencias íntimas –dejemos de lado los tratamientos a los que dice haber estado sometido– no como algo acaso legítimo o vitalista si se quiere, sino para “romper las reglas”.
Este hombre joven, que seguramente no vislumbró que tendría la presente carga, la ha asumido con valentía y sobre todo con trabajo enérgico no siempre agradecido por los demás dirigentes que se regodean expresando ser opositores.
Se engullen 30 años de quehacer republicano, en un tiempo similar al que toma a los padres de esta -la generación de 1928- su forja, a partir del 23 de enero de 1958.