Cuando todo esto termine, dejemos que los historiadores se ocupen de analizar la historia contemporánea de Venezuela. Habrá serias diferencias en esos estudios y serán muy útiles para la comprensión final de cuánto ocurre, pero en este momento no tiene sentido.
Ante el enorme respaldo que la comunidad internacional está brindando a los demócratas venezolanos, la dictadura apela al apoyo de sus socios continentales y mundiales utilizando para ello una de las pocas estructuras que siguen más o menos vigentes en el mundo, como es el Foro de Sao Paulo.