
Los muy comunistas cuando se enferman van a clínicas privadas, cuesten lo que cuesten. No les importa el pueblo. Por eso, el que se haga eco de esos mantras que repiten para culpar a otros de su propio fracaso, es un cómplice, aunque no lo crea y aunque no lo sepa.
Recientemente algunos presidentes de América Latina se pronunciaron contundentemente contra la descarada movida de Lula Da Silva, de enterrar la debacle venezolana para así blanquear el régimen de Maduro. No pudieron Maduro y Lula salirse con la suya, pero aún falta por hacer.
Tengo mis reservas sobre si estas detenciones son reales o solo son un show para captar votos. Las bragas naranjas “Alex Saab style”… Habrá que esperar. Lo que no puede esperar es la reeducación en valores. Si eso no sucede, lo que cambiaremos serán los nombres.
Desde hace muchos años se sabe que habitamos un país de pinga, laxo hasta lo increíble, donde la coima y todo su protocolo acuoso levantó de la modestia a mucho inescrupuloso y malviviente.