Las partes acordaron no abrir la importación del maíz y mantener un precio negociado de 450 dólares por tonelada de cereal.
El mandatario explicó que trabaja con socios europeos en un plan para sacar por tren las toneladas de cereal bloqueadas por la guerra con Rusia y así contener la subida global de los precios de los alimentos.
Desde el inicio de la guerra, la ONU advirtió del enorme impacto del conflicto en la seguridad alimentaria, dado que Ucrania y Rusia son dos de los principales productores mundiales de cereales.