De acuerdo con su santificada y desprejuiciada lectura, Putin no tiene ninguna responsabilidad en los crímenes cometidos contra la población civil ucraniana.
Para escribir sobre el régimen cubano basta con saber sobre su economía hipócrita y quebrada, o de cómo sus visitas a sus homólogos latinoamericanos han causado estragos en los países que pisan.
El verborrágico militar -histriónico, ególatra, estraperlista y embaucador- no tuvo el más mínimo escrúpulo para disfrazarse de salvador, a fin de ofrecer villas, castillos y una vida cómoda y holgada a todo bípedo en edad de votar.
“Después de casi sesenta años parece la América Latina despertar del sueño de esta izquierda bonita capaz de justificarlo todo”, sostiene nuestra columnista Rosix Rincones Díaz en su columna semanal.