
“Me honra grandemente, y de la misma manera a la comunidad eclesial que represento, la elección unánime de esta ilustre academia, para ocupar el sillón vacante por el sentido fallecimiento del distinguido numerario don Guillermo Morón”.
Además subrayó que discernir no implica estar enfrentados o buscar eliminar a los demás, sino que la pluralidad es lo que permite a una sociedad crecer.
Desde 1991 ocupó la Diócesis de Mérida como su arzobispo y fue administrador apostólico de la Diócesis de San Cristóbal hasta el 8 de junio de 1999.