
Las personas de la tercera edad en Venezuela son vulnerables por la falta de políticas de protección social efectivas, ingresos que no alcanzan para cubrir la canasta básica.
Los símbolos de la precariedad y la genialidad se juntan cómplices -el hábitat y el andamiaje digital- para desplazar al genio finito que es el mismo hombre.
Todo lo creado y no solo las personas “tienden hacia Dios” dando lugar a “una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la trinidad”, es el nuevo evangelio de la Encíclica Laudato si.