La situación ha llevado a los vecinos a formar redes de apoyo para ayudarse en medio de emergencias médicas y una persona se ha convertido en la salvación para muchos, es una enfermera que vive en la comunidad.
La comunidad de la UD-128 solicita al Estado la restitución del servicio de agua por tuberías y reanudar la construcción de un pozo profundo abandonado. La falta continua de agua afecta, especialmente, a los colegios del sector.
En 20% de los hogares consultados por Codehciu hay niños abandonados porque sus padres no tienen como mantenerlos.
Muchas de ellas recurren a la opción (a veces única alternativa) de trabajar en comunidades mineras del sur como vendedoras ambulantes de dulces, comidas, y víveres; otras son cocineras en minas cercanas a comunidades como Tumeremo y corren el riesgo de ser víctimas de daño colateral de grupos de delincuencia organizada.