Como lo aconseja con lucidez y prudencia Jesús María Casal ( ), “la historia constitucional se forma… por la confluencia de variados componentes, entre los cuales la literalidad documental puede jugar un papel relevante más por lo general no decisivo, (pues) dicha historia se teje también con hebras de otro origen, provenientes de la cultura, ideas y prácticas políticas dominantes”.