El IOV y su personal se han mantenido con actividades académicas como el Postgrado en Ciencias Marinas, a través de clases online y presenciales en casas particulares, en las que instalaron un laboratorio.
Como parte de un proyecto artístico comunitario, estudiantes de la Unearte, conjuntamente con el Consejo Comunal de Río Caura, y con apoyo de la Gobernación del estado Bolívar, rebautizaron la biblioteca comunitaria con el nombre de su fundadora Yolanda González.
En una colección de libros que lleve por título “Biblioteca de Autores Bolivarenses”, uno de los tomos que no pueden faltar es el dedicado a la obra poética, ensayística y periodística de José Eugenio Sánchez Negrón.
La disminución del presupuesto, la partidización, la indiferencia hacia la preservación del patrimonio y la constante política de arrase y refundación han sido más destructoras de bibliotecas que el fuego, el agua y los insectos.
Ser una poeta con éxito financiero le parecía suficiente regalo de la vida. Ser nombrada la laurate poet de EE UU es “algo inimaginable, un regalo indescriptible”, afirmó la escritora mexicoamericana.
Las bibliotecas se han vuelto artículo de decoración, fondo de pantalla para encuentros virtuales, pedestal de la vanidad y la apariencia.
En los libros de una vieja biblioteca, en las páginas leídas, dobladas y anotadas, podemos descubrir el proceso de formación lectora de su dueño. Allí están las fuentes y semillas que de seguro alimentaron su razón e imaginación.
Los espacios de la biblioteca fueron el escenario de bailes y actividades que amenizaron la celebración del icónico recinto bolivarense.
Este archivo, según la bibliotecaria del Congreso, Carla Hayden, pretende reflejar la “diversidad de la música y las voces que dan forma a la historia y la cultura” estadounidense a través de sonidos.
Gran parte de nuestra biblioteca colonial guayanesa se encuentra en el fondo del río. Allí, en medio de peces y manglares, reposa nuestra memoria perdida.