Al menos cuatro de los 12 indígenas continúan bajo las mismas condiciones en las que llegaron (sin atención médica, sin agua potable y sin alimentos de calidad), similares a la que precipitaron la muerte de Salvador Franco.
Desde su detención en diciembre de 2019, los 13 pemones no recibieron atención médica y fueron trasladados a una cárcel a más de 900 kilómetros de su lugar de origen.