Los críticos son vistos usualmente como las ovejas negras de la familia literaria. Sin embargo, también hay quienes han rescatado el lado positivo de estos polémicos personajes.
Las dedicatorias, ya sean manuscritas o impresas, son el lugar para el agradecimiento, aunque también de la burla, la venganza y el despecho. Ellas son todo un misterio que, con breves palabras, dan nombre y rostro a la chispa que originó la obra.
Nuestro columnista Diego Rojas Ajmad desmenuza en la última entrega de Marcalibros el porqué no ve en el cuento de Julio Garmendia el carácter fantástico y menos el de ficción científica.