El ensayo latinoamericano tiene una larga tradición de siglos insistiendo en responder qué somos. Una insistente labor de reflexión por la identidad que pareciera no tener fin.
Hay quienes insisten en mostrarnos una sola cara de la literatura, como si ella fuese una terca y obsesiva luna. Sin embargo, del otro lado nos aguardan otras voces.
La pesadilla no terminará cuando cambiemos de gobierno. Terminará cuando cambiemos de mentalidad.