
Según el embajador Benedetti, con esta apertura, el Ejecutivo colombiano “sigue impulsando la integración económica y social” con Venezuela, luego del restablecimiento de relaciones diplomáticas en agosto.
En estas cumbres los presidentes electos legitiman con sus arrumacos a tiranos de la peor calaña, y los medios afines se encargan de perifonearlo y magnificarlo.
El presidente de Colombia invistió formalmente a Benedetti y aseveró que para el nuevo embajador se inicia un camino difícil con sus bemoles y complicaciones indudables.