“Después de las elecciones de este año insistí en mis comunicaciones con Venezuela y en declaraciones públicas en la necesidad de proteger los derechos de los civiles, incluidos los niños, que deben ser liberados si están detenidos por motivos políticos o cualquier persona que estuviera protestando pacíficamente”.
Las adolescentes entre 12 y 17 años representan el mayor número de víctimas de violación, agresiones sexuales o explotación sexual con 32 casos registrados por el Observatorio Venezolano de Violencia.
La organización insistió en que el pasado 28 de julio asistieron a las urnas más electores que en años anteriores.
Los educadores se reunieron frente al Instituto Pedagógico de Caracas, en la parroquia El Paraíso, bajo las consignas “no más pupitres vacíos, salvemos la educación” y “salarios decentes para los docentes”.
La Lopnna aclara que la prisión preventiva es revisable en cualquier tiempo a solicitud del o la adolescente, de su padre, madre, responsable o su defensa.
El Foro Penal en Bolívar recordó que en el estado excarcelaron a tres adolescentes, mientras que a otros dos se les ratificó la medida de privativa de libertad y pasaron a fase de juicio.
Los gritos de los jóvenes encarcelados perturban, son lacerantes y son una escara. Los venezolanos con memoria plena rumian por lo bajo sus expectativas e impotencia. Pero en todas las conciencias el propósito de vencer está vivo.
Mes y medio sin libertad es una tragedia para cualquier mortal, pero para muchachos entre 13 y 17 años la experiencia es profundamente traumática. Si a estar tras las rejas sin haber cometido ningún delito, se añaden las condiciones físico-ambientales de una prisión venezolana.
Algunos jóvenes reportaron haber sido víctimas de torturas como golpizas, acoso y violencia sexual, electricidad en varias partes del cuerpo, la negación de alimentos o asistencia médica. Estos delitos también fueron mencionados por la Misión de Determinación de Hechos en su último informe.
Varios de los jóvenes detenidos en Carabobo han manifestado intenciones suicidas, ya sea por la desesperación frente a un futuro incierto o por los maltratos verbales y psicológicos a los que son sometidos dentro de los comandos policiales.