Con pancartas, carteles y consignas, movimientos feministas exigieron el respeto a los derechos sexuales y reproductivos en una actividad que recibió por nombre Concentración Verde.
Venezuela, país fervorosamente católico y conservador, sanciona el aborto provocado con cárcel por hasta seis años.
A diferencia de otros países donde los reclamos de organismos internacionales van dirigidos al respeto de culturas ancestrales, en Venezuela es la situación de crisis humanitaria y ambiental lo que afecta especialmente a los pueblos indígenas.
ONG alegan que Venezuela tiene un marco jurídico desactualizado, que presenta las mayores restricciones para el aborto de toda la región, mientras que presenta uno de los sistemas sanitarios más descuidados del continente.
Mientras en Latinoamérica y el continente la discusión toma matices, se enfría y se calienta según el momento político, en Venezuela el debate se queda en el entorno de las redes sociales y en espacios de activismo.
Para Melanie Agrinzones, cofundadora de la asociación civil Uquira, la inexistente perspectiva de género en las políticas públicas evidencia que el régimen de Nicolás Maduro, aunque autodenominado feminista, ha limitado a las mujeres al rol de la maternidad mientras violenta sistemáticamente sus derechos.
La presidenta del Senado, Cristina Fernández, abrió la sesión en la que la ley del aborto fue aprobada, tras más de doce horas, con 38 votos a favor (12 de ellos, de la oposición), 29 en contra y una abstención.