El evento que comenzó el 7 de marzo de 2019 en Venezuela quedó registrado como uno de los más largos de la historia. Las secuelas siguen permeando en un país que sufre una crisis humanitaria compleja y los correctivos aún no llegan.
La empresa que alguna vez fue orgullo productivo para la región y exportó aluminio a países como Estados Unidos y Japón, hoy a duras penas produce y sin garantías de crecimiento.
La estocada final al sector aluminio llegó en 2019, con el último apagón nacional que terminó de apagar todas las celdas de reducción del parque industrial. De cara a una transición política, la dirigencia discute los modelos de inversión para apalancar la industria.