Si bien los venezolanos se han manejado en estas semanas con calculadas posturas ante el drama de los detenidos y ante la vigilancia a toda la ciudadanía, no por ello deja de presentirse el jadeo escudriñando la aparente calma.
Especialistas aseguran que usar espacios públicos para expresar apoyo al gobierno pretende influir en la percepción pública y fomentar una narrativa favorable para el régimen, sobre todo en un contexto que cuestiona la legitimidad del proceso electoral del 28 de julio.
La narrativa, que resultó un infundio, sin embargo tenía un inesperado correlato con la realidad: la quiebra de un banco en Skopje reveló la existencia de un anillo de empresas y sus dueños venezolanos, algunos muy cercanos a Pdvsa.
El movimiento social y político se está refundando silenciosamente en Guayana; desde el inevitable proceso de crecimiento y decantaciones que eso supondrá para los próximos desafíos regionales y nacionales.
“El pasado 28 de julio el pueblo venezolano se ha expresado en las urnas claramente, votando por un cambio democrático y apoyando a Edmundo González Urrutia con una mayoría significativa”.
La dirigente destacó que antes del 10 de enero “vamos a celebrar una Navidad difícil, con presos políticos, con muchísimas penurias económicas y familias separadas”.
Agregó que el comportamiento del gobierno de Nicolás Maduro fue “oscuro” y no generó claridad sobre las actas electorales.
Estados Unidos ya había reconocido en agosto pasado que el opositor había obtenido mayor cantidad de votos que Maduro, pero no se había referido a él hasta ahora como presidente electo.
La ONG Foro Penal, que lidera la defensa de los presos políticos en Venezuela, dijo que con este proceso de excarcelaciones, que se han dado en cárceles de los estados Aragua, Miranda, Carabobo, La Guaira y Guárico, se mantienen más de 1.700 personas aún detenidas en el país.
Expresó su rechazo a los intentos de algunos opositores de “pasar la página” del 28 de julio, señalando que esto sería un acto de complicidad con el régimen chavista.