Una de sus tías tuvo poliomielitis durante la infancia y hoy sufre sus consecuencias con limitaciones al caminar. La vacuna no existía entonces, recuerda la doctora María Viki Zabaleta cuando le pregunto por qué decidió dedicarse a trabajar con vacunas.
“Esa muchacha tan echada para adelante, imagínate si no hubiese tenido polio. Si hubiese tenido oportunidad de recibir la vacuna”, dice la doctora María Viki Zabaleta, infectóloga pediatra, especialista en vacunas, integrante de la Comisión científica de la Sociedad Venezolana de Infectología y presidenta del Comité Nacional para el monitoreo y reverificación de la sostenibilidad de la eliminación del sarampión, la rubéola y síndrome de la rubéola congénita en Venezuela.
“Las vacunas son maravillosas, no solo ayudan a quien las recibe sino a todos a su alrededor”, señala. Pero en Venezuela, las inmunizaciones tienen coberturas bajas y la protección de la población -infantil y adulta- está en riesgo.
Prodavinci conversó con la pediatra Zabaleta sobre las coberturas nacionales, su desigualdad y los riesgos que enfrentamos de nuevos brotes de enfermedades prevenibles.
– Sabemos que las vacunaciones vienen arrastrando problemas desde hace más de una década, agravados por la pandemia. En esta situación, ¿cuáles son los principales problemas o preocupaciones que deberíamos tener con respecto a la vacunación?
– En Venezuela acabamos de salir de una campaña de vacunación de seguimiento, hasta diciembre de 2022. El objetivo era alcanzar a los susceptibles a algunas enfermedades bien particulares prevenibles por vacunas.
¿Cuáles eran las más importantes para ese momento? Hoy siguen siendo las más importantes: sarampión, rubéola, difteria y poliomielitis. Esas son las aristas más rojas que tenemos hoy en Venezuela y en las Américas. Y estamos hablando de las vacunas que tenemos, pero necesitamos rotavirus, neumococo, VPH.
Esta semana de vacunación que comenzó el 21 de abril y se extendía hasta el 15 de mayo, lo que anunció el Ministerio de Salud fue ir más que todo a las escuelas y sitios educativos, incluyendo universidades, para verificar el cartón de vacunación y administrar estas vacunas puntuales.
También anunciaron el toxoide tetánico, hepatitis B, BCG, la pentavalente para niños más pequeños. Actualmente estamos en el ojo del huracán con sarampión, polio y difteria. Esas son las tres enfermedades más importantes de las cuales debemos estar pendientes ante un posible brote que no sabemos si va a venir. Ojalá que no, pero con coberturas de vacunación tan bajas estamos en alto riesgo de tenerlo.
– Si Venezuela viene arrastrando coberturas muy bajas, y el resto de la región también tiene coberturas insuficientes, ¿el riesgo aumenta para todos?
– Exactamente. Además, el país está dividido en estados y cada estado en municipios con coberturas diferentes. Cuando uno dice ‘Venezuela tiene más o menos 78% de vacunación con pentavalente’, esa realidad no es igual en cada municipio.
Cada municipio es diferente y nosotros tenemos municipios de alto riesgo: los fronterizos, donde la gente camina, entra y sale. Es una zona de altísimo riesgo para que entre cualquier enfermedad infectocontagiosa, prevenible o no por vacunas.
– Justamente estas desigualdades locales se pueden ver en los datos de la Organización Panamericana de la Salud, ¿qué se puede hacer para promover la equidad nacional?
– Una de las cosas más importantes es que la gente sepa que se está vacunando, cuáles son los sitios de vacunación. A veces hay gente que te pregunta qué sitio le toca para vacunarse. Y, en realidad, cuando entras en la página web [del Ministerio de Salud] no hay mucha información. Siempre digo que eso tiene que ser público para que todos puedan verlo, que los medios puedan publicarlo: si usted vive en tal zona le corresponde tal sitio para vacunación.
Y eso es en las zonas urbanas, las zonas rurales son más difíciles todavía porque moverte en una zona rural implica un trayecto más largo, el riesgo de que llegues, no sepas el horario y te encuentres con un ‘Mira, no, es que nosotros vacunamos hasta las 3:00 de la tarde. Perdiste tu viaje’. Entonces, es muy importante que se dé la información de los sitios de vacunación, de las vacunas que existen hoy en Venezuela y qué hay disponible. También está la vacuna contra covid-19. Porque hemos tenido muchos altibajos con respecto al tema de tener las vacunas.
No hemos tenido algunas vacunas en mucho tiempo. A veces dependemos mucho de Unicef, hoy estamos dependiendo de GAVI (la Alianza para la Vacunación) también para algunas otras. Pero sabemos que al día de hoy tenemos vacuna oral contra polio, polio inactivado, tenemos pentavalente, sarampión, rubéola y parotiditis. Tenemos otra vacuna que contra sarampión y rubéola, y tenemos BCG, hepatitis B, toxoide tetánico diftérico. Esas son las vacunas con las que cuenta la campaña de vacunación.
Esperamos llegar a una cobertura de vacunación mejor a la que tenemos actualmente.
– Se había anunciado la incorporación de GAVI a trabajar en Venezuela, ¿qué implica su operación en el país?
– GAVI normalmente no había operado en Venezuela, ni había dado algún apoyo por ser un país con un producto interno bruto relativamente alto. Nosotros no estamos catalogados como un país pobre. Pero en vista de todos los problemas que hemos tenido con las vacunas y coberturas de vacunación, podemos ser exportadores de enfermedades.
Aún si todas las Américas tienen una cobertura excelente, de nada les sirve a los países alrededor si Venezuela no la tiene.
Eso es como cuando tú tienes un vecino que tiene chiripas y tú te la pasas limpiando y fumigando. Eso no se va a quitar si usted no fumiga el de al lado. Venezuela hoy es parte de una estrategia de GAVI para apoyarnos, al menos darnos vacunas, para poder tener una mejor cobertura de vacunación.
Realmente eso no debería ser así. La verdad es que el país debería estar comprando sus vacunas, pero por un tema administrativo que yo no entiendo mucho nosotros hemos dependido de las vacunas que nos ha donado Unicef y este año nos las va a donar GAVI.
– ¿Cuáles son esas deudas pendientes que puede tener el programa de vacunación con la población?
– Deudas tenemos con neumococo, desde hace unos cuantos años. También con rotavirus. Dentro del esquema, influenza ha estado intermitente y actualmente estamos pasando más o menos por un brote de influenza en el cual deberíamos estar vacunando según el esquema. Pero no la tenemos. Esa es otra deuda que es anual.
Yo diría que las más más importantes son neumococo y rotavirus. También VPH, que no la tenemos dentro de nuestro esquema, pero es una vacuna súper importante. Hoy el mundo está trabajando para disminuir la tasa de cáncer de cuello uterino y en Venezuela ni siquiera la tenemos dentro del esquema.
Se espera que ahorita con la entrada de GAVI podamos tenerla. Es otra deuda grandísima que tiene el gobierno de Venezuela con su población.
– Particularmente con las mujeres, además.
– Exactamente. Si vas a los hospitales oncológicos, es increíble la cantidad de mujeres jóvenes que están padeciendo cáncer de cuello uterino. Están perdiendo la vida jóvenes, dejando niños pequeños, por tener un cáncer de cuello uterino que perfectamente se puede prevenir con la vacuna contra el VPH.
– El Ministerio de Salud anunció una mega jornada de vacunación por un mes, en escuelas, plazas y toda la red hospitalaria, ¿cree usted que eso es suficiente para al menos ponernos al día con las vacunas que tenemos disponibles?
– A juzgar por lo que pasó con la campaña de más o menos de dos meses el año pasado, yo diría que no. Diría que no es suficiente. Ahora, si realmente trabajan duro y dan la información, que la gente vaya y sepa dónde se tiene que vacunar, pues podría eventualmente servir.
Venezuela lo ha hecho. No es tan cuesta arriba. Venezuela ha logrado coberturas de vacunación en un mes. Cuando fue el brote de sarampión en 2017, la cobertura de vacunación contra sarampión, el trabajo de hormiguita que se hizo en ese momento fue increíble. Ahora tendría que ser así.
Si pasa como la campaña de vacunación que acaba de terminar en diciembre, yo no creería que es suficiente.
– Ese brote de 2017 fue finalmente controlado y, hasta ahora, se ha mantenido así. ¿Qué se necesita para que Venezuela vuelva a verificar la eliminación del sarampión?
– Una de las cosas más importantes que necesita Venezuela es la sostenibilidad en la eliminación del sarampión. ¿Cómo tienes sostenibilidad? Uno de los pilares más importantes es una cobertura de vacunación contra sarampión superior a 95 por ciento. Hoy no la tenemos.
Hay otros pilares que son importantes. Por ejemplo, los equipos de respuesta rápida por si entra un caso de sarampión, ¿cómo te vas a mover? Eso sí se está trabajando, sí se ha entrenado personal, pero el pilar más importante es la vacunación.
Otro de los pilares importantes es la vigilancia de todos los casos febriles y con erupción en piel. Eso se está haciendo en Venezuela, aunque no está completamente descentralizado porque todos los casos se están mandando al Instituto Nacional de Higiene. Pero el ministerio trabaja para descentralizar un poco y que tengamos al menos unos tres laboratorios en el interior del país para que las muestras no tengan que venir a Caracas.
Porque, imagínate, eso es todo un trayecto y un problema cuando se pudiera hacer descentralizado. Gracias al trabajo que se instaló para atender covid-19, hoy lo podemos hacer un poco descentralizado.
En eso se está trabajando, pero el pilar más importante de esa mesa es la vacunación y no la tenemos. Vamos a ver qué pasa con esta campaña de vacunación.
– La centralización de la vigilancia, si se tienen que trasladar las muestras, también impacta en el tiempo en que se pueden comprobar. ¿Qué tan importante es el tiempo entre que se reporta un caso sospechoso y se confirma para la confirmación de un brote?
– Es tan importante, que si no lo haces en menos de cuatro días ya tienes el brote encima si es sarampión. Pararlo es muy difícil porque la gente tiene movimiento, porque hoy no estamos como en la época que estuvimos encerrados. La gente sale a trabajar, sale a los colegios. Es una contención que tiene que ser muy rápida.
Hoy se está haciendo vigilancia rápida, la verdad. Los equipos de respuesta rápida lo están haciendo, pero nuestro pilar más importante debe ser la vacunación, la prevención.
– ¿Qué medidas priorizaría o recomendaría priorizar para tratar de atender las brechas en la vacunación?
– Creería que lo más importante es que la vacunación no puede ser a pulso, por campañas. Siempre debemos tener las vacunas y siempre debemos tener información acerca de las vacunas para que no sea en una campaña que se quieran alcanzar las coberturas.
Las coberturas de vacunación no deberían depender de una campaña sino del trabajo diario.
Sé que es difícil trabajar en algunas zonas. De hecho, han comenzado brotes de sarampión y difteria en el estado Bolívar en zonas de difícil acceso y difíciles de vacunar. Pero se tiene que trabajar en dar acceso a esa población y encontrar condiciones para vacunar regularmente.
– Lo que se dice que es la vacunación sistemática, ¿no?
– Exactamente.
– Me comenta que ya con sarampión en el 2017 se hizo una campaña bastante rápida y funcionó. ¿Usted sí cree que es posible que podamos revertir estas coberturas en poco tiempo?
– Sí, es posible y tenemos el personal de vacunación para lograrlo. Yo he trabajado muchos años con vacunas, directa e indirectamente, y tenemos gente que sabe muchísimo sobre vacunas, que le gusta su trabajo. Si se tienen que meter en el fondo del país, van a ir.
Pero necesitan tener el empujón del país, de los entes gubernamentales. Deben tener un carro para llegar, tener gasolina en ese carro. Cosas tan básicas como suenan, pero que son importantes para poder llegar a las coberturas que queremos y necesitamos.