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Mapa | El hampa va tras las bicicletas en Guayana

Delincuentes han robado 39 bicicletas en Ciudad Guayana en los últimos 10 meses, la mayoría en las parroquias Unare y Universidad. Mientras las bicicletas inundan las calles desde el inicio de la pandemia como medio de transporte y deporte, el hampa fija su mirada en ellas y la vigilancia policial es deficiente

Fabiana Millán | @fabianamillanh

Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 y la escasez de gasolina en Ciudad Guayana, los ciudadanos recurrieron a las bicicletas como medio de transporte, trabajo, movilización, deporte y para hacer diligencias. Junto al aumento del uso de este medio de transporte, a inicios del 2020, iniciaron una serie de eventos desafortunados: asaltos y hurtos, en ocasiones más de una vez.

Luis Bethermy, de 37 años, es uno de estos casos. Desde septiembre de 2020, se dirigía cada mañana a su trabajo en Orinokia Mall. Desde hace 11 años trabaja como encargado de la diagramación de periódicos mercantiles y gestor en el Registro Mercantil. Su ruta de San Félix a Puerto Ordaz lo hace tomar la ruta de 1 de Mayo, Vista Alegre, siguiendo por la redoma de El Dorado y Macagua hasta llegar a Alta Vista.

El lunes 1 de marzo de 2021 salió de su casa alrededor de las 6:30 de la mañana. La bicicleta llevaba el rin desalineado con un rayo partido, por lo que debía ir con cuidado.

Casi llegando al puente que conecta a San Félix con Puerto Ordaz, luego de pasar la avenida Pedro Palacios Herrera en la vía a la central hidroeléctrica Macagua, lo emboscaron dos hombres encapuchados y armados con pistolas 9 mm. Lo apuntaron y, en un intento desesperado, hubo forcejeos por la bicicleta.

Los hombres querían que entrara al monte, pero no lo hizo. En segundos, decidió tirar su bicicleta a un lado y salió corriendo lo más rápido que pudo.

Este es uno de los 39 robos y hurtos registrados en los últimos 10 meses en Ciudad Guayana. Correo del Caroní documentó los casos de hurtos, robos e intentos desde el 1 de septiembre del 2020 al 30 de junio del 2021, reportados por organizaciones ciudadanas de ciclistas, redes sociales y denuncias directas.

Del total, 24 fueron hurtos, la práctica más frecuente. 

La parroquia más afectada es Unare con 43,5%, seguida por Universidad con 30,7%. Los casos fueron en su mayoría en horas de la madrugada y alrededor de las 6:30 a.m.

El monitoreo de Correo del Caroní incluye el mapeo de los casos de robos y hurtos, con la herramienta MyMaps de Google, con ubicaciones, datos, números de contacto, fotografías de las bicicletas robadas y denuncia original. El mapa, que será actualizado semanalmente, puede ser consultado por ciclistas como medida de prevención y por cuerpos de seguridad de cara a acciones para contener la delincuencia.

Leyenda: Los círculos rojos indican robo; los naranja, intento de robo y el amarillo, hurto. Haz clic en cada círculo y consigue más información.

 

Escribe a [email protected] o al 0424 903 6041 en caso de robo o hurto de bicicletas.

Hurtos, la principal práctica 


El hurto es la práctica más recurrente. Los delincuentes tienen como modus operandi ingresar a las residencias en horas de la madrugada. Algunos descarrilan portones, otros levantan cercos eléctricos y evaden todo tipo de seguridad para lograr entrar o, en algunos casos, esperan un descuido del propietario para tomar las bicicletas y salir con ellas como si fueran propias. Las zonas residenciales con mayor reporte de hurtos son Villa Betania y Los Olivos. 

La bicicleta del deportista Javier Flores fue hurtada en su residencia, en la urbanización Curagua de la parroquia Unare, en la madrugada del 4 de febrero de 2021. “Tenía la bicicleta en el lavandero de la casa, en el cual no se ve nada desde el frente porque está ubicada en el fondo”, comentó.

Al percatarse de que no estaba su bicicleta y otros objetos, Flores se dirigió al comando policial de la urbanización Los Olivos para hacer la denuncia. Allí le pidieron los “papeles originales” de la bicicleta, “anotaron los datos en un cuaderno y me dijeron que cuando pudiera le llevara una copia de los papeles originales y ya. No me pidieron ni una foto de la bicicleta, ni nada, ni siquiera me entregaron algo por haber realizado la denuncia”.

No logró recuperarla. “Me dijeron que la vieron el mismo día en el perolero de La Económica (ventas de artículos usados) junto con las demás cosas que se robaron y la estaban vendiendo en 250 dólares (…) Los muchachos del ciclismo hicieron una colaboración y me regalaron otra para que siguiera pedaleando”, agregó.

Bajo un modus operandi similar ingresaron al hogar de Sandy Loyo, en la urbanización Lomas del Caroní (parroquia Unare), en la madrugada del 15 de junio. “Descarrilaron el portón de la entrada principal de la manzana 106 y 107, así como el portón de mi casa, levantándolo un poco, abrieron una distancia por donde podían pasar. Mi esposo se da cuenta a las 6:00 a.m. cuando se despierta, se asoma al frente y ve el portón del garaje semi abierto, sale y no están las tres bicicletas”, declaró.

Loyo no logró recuperar ni reponer las bicicletas. “Solo mi bicicleta costó 1.200 dólares, es muy difícil reponerlas”, agregó. 

Otro grupo afectado por los hurtos son los repartidores a domicilio. Algunos de estos casos se producen cuando el ciclista deja su bicicleta fuera del trabajo, confían que estará segura, pero al volver ya no está.

Oriana Abreu, domiciliaria de Farmatodo, es uno de estos casos. El 18 de marzo, la joven de 20 años inició su turno aproximadamente a las 7:40 a.m. en el Farmatodo de la urbanización Las Garzas (Unare). Entró al local y dejó la bicicleta afuera sin candado mientras hacía la compra.

“Quien que se robó la bicicleta la movió de lugar y como nadie dijo nada, se montó en ella y se la llevó, me di cuenta no mucho después pero no hubo quien la encontrara, fueron a venderla a las tiendas que se encuentran en la (carrera) Guarapiche, pero en ese momento aún no sabían que era robada”, relató.

Al día siguiente, fue al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en San Félix a realizar la denuncia, pero le dijeron que debía volver la semana siguiente. “Por motivos de transporte no pude volver a asistir”, explicó. 

“Para seguir trabajando pedí un préstamo para habilitar una bicicleta que estaba lejos de poder rodar, y con ella es que trabajo actualmente”, dijo. 

 

 

 

 

 

39 bicicletas fueron robadas en los últimos 10 meses en Ciudad Guayana, de acuerdo con el monitoreo de Correo del Caroní. Del total de casos, 23 fueron hurtos

Robos con armas y sin soporte policial


En todos los casos se repite la falta de atención de los cuerpos de seguridad local. No importa si se trata de hurto o robo con armas de fuego. De los 39 casos, solo 6 hicieron denuncias formales.

Luis Bethermy denunció en la comisaría de Nueva Chirica, en San Félix, el robo de su bicicleta por parte de hombres armados en la avenida Leopoldo Sucre Figarella, cerca del puente que comunica San Félix con Puerto Ordaz. La respuesta que obtuvo fue “sincera” y directa, considera. “Me dijeron que nadie le iba prestar atención a una bicicleta robada, y la única manera de recuperarla era que la ubicara y después le notificara a ellos”.

Agotada la vía formal, publicó una imagen de la bicicleta en su estado de WhatsApp y la cuenta en Instagram, Ciclismo Guayana, se hizo eco de la denuncia, pero no pudo recuperarla. “No he podido comprar otra, esa me costó 160 dólares y se la estaba pagando a mi jefa por partes”, dijo.

Historias como la de Bethermy, con participación de hombres armados, se repiten con regularidad en Ciudad Guayana. En el mismo punto en el que asaltaron a Bethermy, robaron también a Efraín Durán el 6 de junio. Se trasladaba en su bicicleta desde San Félix a Puerto Ordaz. A 100 metros del puente, salieron del monte tres hombres con arma de fuego amenazándolo de muerte.

“Me interceptaron y bajaron de la bicicleta, luego procedieron a llevarme al bosque del Parque La Llovizna a la orilla de la carretera para continuar con el robo y sometimiento”, relató.

La avenida Atlántico es otro de los puntos calientes en la ciudad. En esta vía ocurrieron ocho de los robos documentados.

Uno de estos ocurrió el 19 de noviembre del 2020, cuando el deportista Angel Marín recorría la avenida Atlántico en su bicicleta. Eran las 6:30 de la mañana. Cuando iba cerca del centro comercial El Tiamo, salieron del monte dos hombres armados y lo tumbaron de la bicicleta. “Había un tercer hombre apuntando desde el otro lado de la calle. Me quitaron la bicicleta y se fueron”, narró.

La parroquia más afectada es Unare con 44,7% de los robos, seguida por Universidad con 31,6%

Los afectados prefieren hacer la denuncia por redes sociales, grupos de WhatsApp y cuentas de ciclismo en la ciudad, pues “corre más rápido la información”. En su mayoría, las respuestas obtenidas al realizar la denuncia en cuerpos policiales no son esperanzadoras: “vuelva mañana”,  “no tenemos gasolina para ir detrás del ladrón” y “nadie le va a parar a una bicicleta robada”. A esto se suma la falta de un protocolo de búsqueda, pues los afectados coincidieron en que no piden suficientes datos de la bicicleta robada.

De acuerdo con el monitoreo, solo una de las víctimas en el periodo analizado recuperó su bicicleta. Fue el caso de Durán, asaltado en la avenida Leopoldo Sucre Figarella. Luego del robo, denunció en la policía municipal más cercana. “El 16 de junio (10 días después del robo) tuve que cancelar 120 dólares para que me la entregaran”, comentó. 

Mayor uso demanda mayor seguridad


Cada vez más personas optan por el uso de la bicicleta en momentos en los que se debate sobre movilidad sostenible. Desde el 22 de marzo de 2020, menos de dos semanas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara oficialmente el brote de COVID-19 como pandemia, Google notó a nivel mundial un aumento en las búsquedas de la “mejor bicicleta” y la “mejor bicicleta eléctrica”.

“Usar la bicicleta en estos tiempos de COVID-19 puede ser una opción real para mantenernos sanos y saludables en el mediano y largo plazo”, expuso Adrián Díaz de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Su uso previene el sedentarismo que constituye uno de los cuatro factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, obesidad, entre otras), a la vez que ayuda a mejorar la calidad del aire en las ciudades y a recuperar el espacio público.

No obstante, el mayor uso de las bicicletas demanda seguridad vial, inversión en infraestructura urbana e integrar la bicicleta en la planificación y el diseño del transporte sostenible, recalcó António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas durante el Día Mundial de la Bicicleta el 3 de junio de 2021. “Para ello es fundamental invertir en la infraestructura urbana, también en carriles protegidos y otras medidas para promover la seguridad y contrarrestar la hegemonía de la que disfruta el automóvil desde hace tiempo”.

Algunos gobiernos en América Latina y Europa se preparan para construir nuevas ciclovías, ensanches de calles y refuerzo de las señales de tránsito para conciencia de todos en las vías, que permitirán mantener y cuidar del “boom” mundial de la bicicleta impulsado por la pandemia de la COVID-19.

La apuesta por la bicicleta debe apuntar también a contener la ola de robos y asaltos a ciclistas, que ha afectado no solo a Venezuela, sino a diversos países del mundo. En Madrid, España, el robo de bicicletas se ha duplicado desde el comienzo de la pandemia en 2020.

En la ciudad de la eterna primavera Medellín, en la vecina Colombia, cifras oficiales contabilizaron 433 denuncias por hurtos y robos de bicicletas en 2020, mientras que en la capital de Argentina, Buenos Aires, se reportó un detenido cada 16 horas por robo de bicicletas. Mientras tanto en Ciudad Guayana, las denuncias de robos y hurtos continúan.