martes, 11 febrero 2025
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Prohibido patinar de noche en las plazas de Barcelona

La alcaldía de la Ciudad Condal ha prohibido a los patinadores, es especial a los de la plaza Macba hacer sus múltiples acrobacias en horas nocturnas

Barcelona.-  El traqueteo de las ruedas y los chasquidos de la tabla al caer al suelo componen la banda sonora de la plaza del Macba de Barcelona, una de las mecas del ‘skate’, donde se prohibirá patinar de noche.

Ante los lamentos de los vecinos por el ruido de las decenas de patinadores concentrados a diario en este lugar, el ayuntamiento de la segunda ciudad española anunció este martes que lo prohibirá «de las 22H00 a las 07H00 durante toda la semana».

«Es una de las medidas para dar respuesta a las muchas quejas recibidas por parte del vecindario por las molestias provocadas por el ruido y el incivismo que provocan algunas personas usuarias de monopatines», afirmó el consistorio en un comunicado.

Desde principios del 2000, la plaza donde se levanta el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), llamada en realidad plaza de los Ángeles por el convento dominicano que se ubica enfrente, es desde hace años territorio de patinadores venidos de todo el mundo.

Decenas de ellos se congregan a diario, grabándose unos a otros mientras practican saltos, grindan por escalones y barandillas o incluso patinan en horizontal por la pared del Macba tras pegar un brinco de un metro de altura.

El suelo liso de granito es perfecto para tomar velocidad y los numerosos obstáculos del mobiliario urbano ideales para practicar trucos.

«Es uno de los mejores sitios para patinar de Europa», asegura Isac Tvedt, un patinador noruego de 21 años que ha venido solo para practicar ‘skate’.

Además, «forma parte de la ciudad, no estás cerrado en un ‘skate park’ y esto tiene más atractivo», dice Elena Pons, de 30 años.

Pero no todos están a gusto: de los balcones de los edificios cuelgan pancartas con el lema «Stop ruido, stop noise» y los peatones deben vigilar no tropezarse con ellos o evitar las tablas que salen despedidas.

«De noche a veces es un problema», reconoce Raúl Wong, un patinador mexicano de 32 años residente en Barcelona. «Los vecinos se quejan del ruido pero también de las peleas, la gente que bebe o que roba y esto no tiene que ver con nosotros».

«De hecho, muchas cosas están más controladas gracias a los patinadores que nos conocemos y vigilamos que nadie se pase», asegura.