Nueva York.- Daniil Medvédev creía que tenía que jugar a un nivel de 11 sobre 10 el viernes si quería vencer al número uno del mundo, Carlos Alcaraz, y llegar a la final del Abierto de Estados Unidos por tercera vez.
El ruso, tercer cabeza de serie, se impuso por 7-6(3) 6-1 3-6 6-3 en un encuentro fascinante bajo el techo cerrado del estadio Arthur Ashe que puso fin al reinado de Alcaraz como campeón en Flushing Meadows, pero para conseguirlo necesitó mejorar su juego más de lo que pensaba.
«Dije que necesitaba jugar 11 de 10, he jugado 12 de 10 – excepto el tercer set, es la única manera», dijo Medvédev en declaraciones en la pista. «Para ganarle tienes que ser mejor que tú mismo y lo conseguí.»
La sorpresa de Medvédev privó a los aficionados al tenis del final de temporada de Grand Slam que esperaban, un choque de Alcaraz contra Novak Djokovic.
Una final en la que participen Medvédev, excampeón del Abierto de Estados Unidos, y Djokovic, tres veces ganador, el domingo, es de una alta calidad evidente, pero no el nuevo capítulo de la rivalidad más candente del tenis actual, entre Djokovic y Alcaraz.
Djokovic cumplió con su parte al imponerse al estadounidense Ben Shelton por 6-3, 6-2 y 7-6(4), pero Alcaraz, que aspiraba a convertirse en el primer campeón del Abierto de Estados Unidos dos años consecutivos desde Federer en 2008, no pudo doblegar al ruso, tercer cabeza de serie, que superó el desafío.
En la final del domingo, Djokovic buscará su cuarto Abierto de Estados Unidos, que le permitiría igualar el récord de 24 Grand Slams de Margaret Court y, de paso, vengarse de Medvédev.
La última vez que Djokovic y Medvédev se enfrentaron en el Abierto de Estados Unidos fue en la final de 2021, donde el ruso se adjudicó su único grande hasta la fecha y privó al serbio de un Grand Slam poco habitual en el calendario.
«El desafío es que estás jugando contra un tipo que ha ganado 23 Grand Slams y yo solo tengo uno», dijo Medvédev, que también llegó a la final del Abierto de EEUU de 2019 perdiendo ante Rafa Nadal.
«Cuando le gané aquí conseguí jugar mejor que yo mismo y necesito hacerlo de nuevo, no hay otra manera.»
Una contienda en la que se enfrentaban los jugadores número uno y tercero del ranking tuvo un comienzo previsiblemente reñido.
Medvédev no pudo fabricar ni una sola oportunidad de rotura, mientras que Alcaraz solo dispuso de un par de oportunidades que no pudo convertir cuando el set se encaminaba a un «tie-break» que el ruso dominó por 7-3.
No era un buen augurio para Alcaraz, ya que Medvédev ha ganado los 26 encuentros disputados en Flushing Meadows en los que se ha llevado el primer set.
Tras mantener el saque en el inicio del segundo set, Medvédev dispuso de su primera oportunidad de rotura del partido y no la desaprovechó, colocándose con una ventaja de 2-0.
Con un set y un «break» en contra, Alcaraz se mostró de repente inseguro, mientras el ruso de 27 años aumentaba la presión con otra rotura en el 5-1, gracias a un sensacional revés en la línea que dejó boquiabierto al público.
De repente, una contienda muy reñida se convirtió en una clara victoria para el ruso, y Alcaraz necesitaba hacer algo que nunca antes había hecho.
El español de 20 años ha hecho muchas cosas en una pista de tenis en su joven carrera, pero nunca había remontado dos sets en contra para ganar un partido.
Acorralado, Alcaraz salió al tercer set con más determinación y consiguió un «break» que le dio impulso con un atrevido globo para ponerse 3-1 arriba.
Fue todo lo que Alcaraz necesitó para llevarse el set por 6-3 y dar el primer paso en su remontada.
El cuarto set se convirtió rápidamente en una batalla de voluntades, en particular un tenso sexto juego de 13 minutos que se decidió cuando Medvédev consiguió un trabajado «break» para ponerse 4-2 arriba.
La presión recayó sobre Alcaraz, cuya defensa del título estaba en peligro, que necesitaba una rotura para prolongar la contienda.
Alcaraz hizo un último esfuerzo en un partido emocionante, en el que Medvédev necesitó cuatro puntos de partido para cerrar su pase a la final.
«Este tipo de partidos pueden suceder incluso si yo me siento un jugador diferente, más maduro», ofreció un Alcaraz reflexivo. «Él jugó un partido realmente fantástico.»
«No soy lo suficientemente maduro para manejar este tipo de partidos así que tengo que aprender de eso.»
«Quiero ser mejor, este tipo de partidos te ayudan mucho a crecer en este tipo de situaciones.»