Caracas.- El prospecto Yhoswar García ya ha cumplido el gran sueño de toda familia venezolana. A los 18 años firmó un contrato con los Filis de Filadelfia, un histórico del béisbol de EE.UU., y cumplió la esperanza de su familia. Ese anhelo lo ven ahora truncado muchos jóvenes cuyas academias han cerrado por la COVID-19.
De hecho, la alegría por la contratación de García se transformó en preocupación para él y para su academia -«universidad» en el argot del béisbol venezolano- que lo formó, cuando el gobierno de Nicolás Maduro la acusó de incumplir la cuarentena decretada para minimizar los contagios del nuevo coronavirus y de haber causado la infección de medio centenar de personas.
De acuerdo con las averiguaciones, una academia de béisbol del estado insular de Nueva Esparta, un archipiélago conocido por sus playas en pleno Caribe, organizó a principios de mes una muestra de jóvenes promesas para un reclutador estadounidense en la que participó García.
Tras ese acto, se descubrió un brote local del nuevo coronavirus SARS-COV-2, que en Venezuela ya ha contagiado a 318 personas y ha causado la muerte de diez.
Este hecho dejó a las academias de pelota en la mira de la Fiscalía venezolana que dictó órdenes de captura contra varios integrantes de la academia de Margarita y el cierre inmediato de las escuelas que aún pudieran mantenerse activas.
La universidad del béisbol
Los venezolanos suelen decir que el béisbol es su pasatiempo nacional. La afición por el deporte se hizo fuerte en los años 40 del siglo pasado, cuando el país ganó un campeonato mundial y los peloteros acapararon los focos que antes apuntaban a toreros y cantantes.
Pero no fue hasta finales de la década de 1990 cuando los jugadores venezolanos pisaron con frecuencia las Grandes Ligas como producto de las granjas que mantuvieron en el país los equipos estadounidenses.
Y cuando los equipos de «grandes ligas» cerraron sus granjas en Venezuela, durante la pasada década, la formación de los peloteros quedó en manos de las llamadas academias, una suerte de universidades del béisbol que guían a los jóvenes hasta que son contratados.
Ese es justamente el eslogan de la academia que formó a García, a la que señalan por el brote del nuevo coronavirus en la isla de Margarita: «la universidad del béisbol».
Menos dinero, menos esperanzas
Parte del dinero que los 30 equipos de Grandes Ligas destinan cada año a la contratación de jóvenes promesas va a parar a un sistema de elección de jugadores de una liga de desarrollo estadounidense, donde hay equipos universitarios.
Es un sistema casi perfecto, que suele encontrar estrellas como el legendario diestro Greg Maddux, que brilló en las mayores entre 1986 y 2008 con varios equipos y ganó 4 veces el premio Cy Young al mejor lanzador.
En el pasado, solían hacerse 40 rondas de elección similares a las de la NBA, pero ahora solo son 20.
Pero eso no significa que muchos jóvenes estadounidenses vayan a perder la oportunidad de firmar con un equipo de Grandes Ligas porque entrarán a formar parte del lote internacional de contratados que cada año llenaban venezolanos, dominicanos y puertorriqueños, en su mayoría.
«Esto pone más presión a las academias porque tienen que esforzarse mucho para que un reclutador no prefiera a un joven estadounidense en vez de a un venezolano o a un dominicano», explica el secretario de la Asociación de Agentes y Entrenadores de Béisbol de Venezuela, Fernando Martínez.
Martínez cree que en ese afán por hacer las cosas de forma perfecta y en los plazos estipulados para la formación, la academia de Margarita violó la cuarentena y organizó la muestra de peloteros.
De acuerdo con el Gobierno venezolano, una veintena de los jóvenes que vivían en la casa-club de la academia están infectados con la COVID-19 aunque son asintomáticos.
Otras 30 personas relacionadas con ellos también dieron positivo.
«Enfermo no bateas»
Martínez señaló que los casi 600 agremiados de la Asociación de Agentes y Entrenadores de Béisbol de Venezuela reportaron mantenerse en cuarentena y haber preparado un plan de entrenamiento en casa para los jugadores.
«Enfermo no bateas», asegura.
Con todo, no descartó que alguna academia o jugador viole la cuarentena buscando «alguna ventaja» de cara a la jornada internacional de fichajes que arranca el próximo 2 de julio y que Grandes Ligas extendió hasta enero próximo.
La extensión del plazo para la firma alimenta las esperanzas de jóvenes como Darwin Mora, que mantiene un riguroso plan de entrenamiento en casa.
«A veces me provoca salir a correr o hacer pesas para no perder la fuerza del brazo, pero el gimnasio está cerrado», comenta Mora, el más joven integrante de una familia de peloteros.
Con 18 años, parece estar lejos de los primeros puestos en la elección de los reclutadores, que generalmente ponen su mira en adolescentes de 16 años.
Pero la reciente firma de Yhoswar García de 18 años y la apertura de muchos equipos a nuevos parámetros para fichajes lo alienta a mantenerse enfocado en su sueño: alcanzar algún día las Ligas Mayores y cumplir así la gran esperanza de muchos venezolanos.
El ejemplo de García sigue marcando el rumbo para muchos jóvenes que sueñan con un futuro mejor para ellos y sus familias.