Las competencias deportivas en sus distintas modalidades se miden en gran parte por su organización, la cual es la base del éxito. Cuando impera la desorganización, unida a la improvisación es muy difícil que logre objetivos exitosos.
Así podemos decir que ocurrió con la pasada quinta edición de la Vuelta a Bolívar en bicicleta, reservada en su gran parte para la categoría master y con una presencia de la categoría femenina.
Una vuelta que desde sus inicios fue anunciada en rueda de prensa, prácticamente con tres etapas y que por un sorpresivo anuncio de una concentración política -que por cierto no realizó-, la llamada etapa reina del evento entre la ciudad de Upata y Ciudad Guayana tuvo que ser suspendida y ahí todo cayó en las manos de la improvisación.
Sin mayores avisos, para tomar previsiones, se corrió una etapa en circuito cerrado entre el Paseo Rotario de Puerto Ordaz, alguna parte de la avenida Guayana y otra parte en la avenida Monseñor Zabaleta, entre Villa Central y Villa Colombia.
Los residentes de estas urbanizaciones mencionadas prácticamente quedaron “secuestrados” en sus residencias, ya que hasta pasadas las 6:00 de la tarde y desde las 7:00 de la mañana del sábado se encontraron con la sorpresa que todas avenidas estaban cerradas. Lo mismo les ocurrió a los comerciantes que no pudieron ejercer sus funciones ese día.
La única etapa, de las tres programadas, que se realizó sin inconvenientes fue la del cierre en la ciudad capital, la cual se cumplió con normalidad en el Paseo Orinoco.
Hasta el momento no se ha informado, en detalles, a los ganadores de cada una de las cuatro categorías masters que formaron parte de la Vuelta a Bolívar, así como de la categoría femenina.