viernes, 29 marzo 2024
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El mundo del deporte intenta levantarse a un año de la pandemia

El inicio de la pandemia de la COVID-19 en marzo del 2020 cambió para siempre el mundo del deporte, cuando los grandes espectáculos profesionales detuvieron sus calendarios.

La pandemia de la COVID-19 cambió el mundo en todos sus aspectos desde el pasado 2020 y el mundo de los deportes no podía estar exento de esta calamidad que ha cambiado de manera radical todo lo que antes teníamos. Por ahora, nada es igual al pasado. Por ahora, muy pocas actividades deportivas han vuelto a su normalidad.

El primer gran cambio lo han sentido y lo siguen sufriendo los aficionados, ya que hasta la fecha, muy pocas disciplinas deportivas han comenzado a abrir sus puertas para el ingreso de sus seguidores. La pausa genera millonarias pérdidas en las economías de los deportes profesionales, donde los graderíos llenos forman parte del presupuesto.

Motores apagados

Y todo formará parte de la historia, se contará por generaciones lo ocurrido en el 2020, donde nunca antes en todo el planeta se había detenido el deporte y prácticamente todas las actividades de nuestras vidas.

La Fórmula Uno, el multimillonario negocio de la máxima categoría del automovilismo, fue el primero en paralizar su calendario del 2020.

Para el fin de semana del 13 al 15 de marzo de 2020, estaba todo previsto para inaugurar la temporada como tradicionalmente se realiza en el circuito citadino de Melbourne, en Australia, pero su semáforo de largada nunca llegó a encenderse.

El viernes 13 de marzo el ente que organiza la F-1 decidió suspender la carrera y anunció que varios integrantes del equipo inglés McLaren habían dado positivo a COVID-19.

Pasaron meses para reanudar el campeonato, con un calendario modificado, con estrictas medidas sanitarias y sin público, tal y como sucede un año después de aquel fatídico mes de marzo. Y como efecto dominó, detrás de la Fórmula Uno vendrían el resto de las disciplinas deportivas.

Un planeta sin fútbol

Como una nube de polvo, la onda infecciosa del coronavirus fue cubriendo a todo el planeta y por más previsiones, ningún continente se salvó del virus.

El fútbol, la actividad profesional más practicada y productiva del planeta, quedó “fuera de lugar” y no existió un solo país que no paralizara sus campeonatos en sus múltiples categorías.

El Calcio italiano, La Liga española, la Bundesliga alemana y la Premier Inglesa empezaron a salir de las parrillas televisivas, el gran motor promotor y productor de ganancias.

Con el paso de los meses y con el supuesto “control” de la pandemia, el fútbol se reactivó, pero hasta la fecha la ausencia de los aficionados en las gradas es lo más notorio. Solo muy escasas ligas han permitido el regreso de sus seguidores.

FIFA, el organismo que controla el mundo futbolístico, espera que en 2022 todo haya regresado a la normalidad para que el Mundial de Catar no sufra contratiempos. No puede decir lo mismo la Conmebol suramericana, pues hasta el momento no se sabe si la Copa América -a jugarse en Colombia y Argentina- se realizará este año.

Pasado un año de la paralización del fútbol a nivel mundial, recientemente FIFA y Conmebol decidieron suspender la doble jornada eliminatoria para el Mundial de Catar, por el reporte del virus, tanto en Europa como en Suramérica.

Pandemia a la criolla

Venezuela no pudo quedar afuera de este “juego” y sus deportes profesionales tuvieron que adecuarse a una nueva realidad, que no solo trajo la paralización de sus actividades, sino el aumento exponencial de sus deudas, ante la ausencia de sus patrocinadores, fuente única de ingreso en la mayoría de los casos.

Pero la crisis pandémica reinventó la manera de competir con las llegadas de las llamadas “burbujas” y así se cumplieron los calendarios del baloncesto, béisbol y fútbol, cada uno a su manera.

Del baloncesto, nacería la Súper Liga y se sepultaría a la LVBP, para disputar un campeonato inédito, pero exitoso en la Isla de Margarita.

El béisbol profesional estuvo muy cerca de cancelar su campeonato, pero las presiones estatales obligaron a la realización de un torneo reducido, sin público y con muy poca repercusión mediática.

Finalmente, el fútbol profesional, el primero que paralizó sus actividades, reanudó su calendario con un llamado torneo “Normalización”, que de normal no tuvo nada, pero que debía hacerlo para rellenar los cupos internacionales para los clubes profesionales. Todos vivieron en carne propia la desaparición de su fuente de ingreso.

Sin Olímpicos y sin NBA

Solo la Segunda Guerra Mundial pudo aplazar en su momento la continuidad cada cuatro años de los Juegos Olímpicos, la máxima cita del deporte mundial.

Tokio-2020 tuvo que aplazar su edición programada para junio de ese año y, hasta la fecha, mantienen las esperanzas de poder llevar a cabo los juegos este 2021.

El Gigante de América sufrió en demasía la llegada del virus y sus emblemáticos deportes como el baloncesto de la NBA, el béisbol de las Grandes Ligas y el fútbol americano de la NFL tuvieron que adaptarse a las nuevas realidades. Hoy buscan salidas idóneas para seguir con sus actividades, pero todavía sin público. A un año de la llegada de la COVID-19, el mundo del deporte intenta levantarse.