Madrid.- Ocho años después de su creación con la idea de celebrar una «Euro por Europa» en doce países distintos, para conmemorar el 60 aniversario de su nacimiento, el coronavirus ha sido más fuerte y la Eurocopa 2020 tendrá que retrasar sus fechas ante la pandemia generada.
Su impacto en todo el mundo, de forma especial en algunos países europeos anfitriones y participantes como España, ha forzado a la UEFA a tomar una decisión tan inédita e impactante como retrasar el torneo hasta el verano de 2021 y romper así el ciclo natural del fútbol europeo, que puede trastocar a otras competiciones como el futuro mundial de clubes de la FIFA previsto también para el año que viene.
Con ello saltan por el aire las cifras récord que el torneo había generado ya antes de su inicio. Más 28 millones de peticiones de entradas, el doble del total de las registradas para Francia 2016, y 37.000 solicitudes de voluntarios para 12.000 plazas con demanda prioritaria para las sedes de Baku, San Petersburgo, Londres, Roma y Budapest.
Francia 2016 supuso unos ingresos de 1.915.996 euros y las previsiones de este año estaban en torno a 2.500 millones.
Las consecuencias deportivas, económicas y sociales se verán más adelante, más de ocho años después de que la UEFA gestara esta Eurocopa tan especial y aprobara su celebración con el empuje de su anterior presidente, el francés Michel Platini, que se empeñó en celebrar una «Euro por Europa».
De aquella idea salieron luego las doce sedes -trece inicialmente hasta la retirada de Bruselas-, elegidas en septiembre de 2014 por el Comité Ejecutivo, tras descartar los proyectos de Minsk (Bielorrusia), Sofía (Bulgaria), Skopje (Macedonia), Jerusalén (Israel), Estocolmo (Suecia) y Cardiff (Gales).
La retirada de Múnich como candidata para las semifinales y la final dejó a Londres y al estadio de Wembley como única opción para la fase decisiva de un torneo con partidos en Amsterdam, Baku, Bucarest, Budapest, Copenhague, Dublín, Glasgow, Múnich, Roma, Saint Petersburgo y Bilbao.
San Mamés pasó el examen del Ejecutivo de la UEFA guiado in situ por el expresidente de la Federación Española Ángel Villar,cuando aún el campo estaba en obras y fue la única sede propuesta por España, tras las renuncias de La Peineta madrileña y previamente los estadios del Valencia y el Espanyol.
Bilbao y la selección española son un aliciente más para el fútbol. Aunque San Mamés no verá este verano al equipo de Luis Enrique jugar los tres partidos de la fase de grupos -contra Suecia, Polonia y el ganador de las eliminatorias Bosnia y Herzegovina/Irlanda del Norte – Eslovaquia/República de Irlanda-.
También tendrán que esperar el Johan Cruyff Arena de Amsterdam, el National Arena de Bucarest, el Puskás Stadium de Budapest, el Parken de Copenhague, el Dublin Arena y Hampden Park en Glasgow.
Sin poder prever lo que podía ocurrir hoy, la Euro se congratulaba el 4 de marzo de que solo faltaban cien días para su inauguración en Roma con el Italia-Turquía y destacaba a jugadores centenarios con sus selecciones como Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo o Eden Hazard.
Este martes el COVID-19 ha hecho al deporte colgar otro cartel de aplazado. La «Euro por Europa 2020» se queda de momento en el banquillo, a la espera de una victoria fuera del campo, sin balón, la de la sociedad contra la enfermedad.