Funcionarios de Sanidad hicieron un recorrido en enero de 1982 por el Mercado Municipal de San Félix y tomaron la decisión de clausurarlo por insalubridad. Una nota publicada el 18 de enero de ese año en nuestras páginas indica que “la contaminación llega a grados inadmisibles para cualquier ser humano que comulgue con el aseo y con las cosas limpias”.

En el texto escrito por la periodista Onelia Velázquez C. se informa que la fecha de cierre del mercado era el 29 de enero. El sitio no contaba con agua por la falta de mantenimiento en las tuberías y las cañerías estaban obstruidas, lo que obligaba a los expendedores a trabajar en pequeños lagos de aguas contaminadas. Aun así, los ciudadanos acudían a comprar alimentos y utensilios.
“Pero lo peor del caso es que la gente consume los menús con desparpajos al tiempo que se convierten en espanta moscas con revoluciones de 20 manotadas por segundo. Y siguen la brega con el manjar o sancocho, mientras decenas de personas se arremolinan a su alrededor tratando de que la cocinera los atienda a ellos”, reseñó Velázquez.
La precaria situación del populoso mercado había sido denunciada reiteradamente por los arrendatarios de los locales, quienes protestaron más de una vez y acusaron a los administradores de no mantener las cuadrillas necesarias para asear las instalaciones.
Posteriormente, en una nota publicada el 20 de enero, el periodista Carlos Colina Yánez informó que trabajadores de la empresa Funvica iniciaron un operativo de limpieza y aseo urbano. Sin embargo, la clausura era inminente ya que la obstrucción de cañerías era el primer foco de contaminación.
40 años después, San Félix sigue sin contar con un mercado municipal digno en el que sus habitantes puedan comprar en condiciones sanitarias seguras. El espacio parece que se congeló en el tiempo, pues no hay rastros de modernidad y la delincuencia, anarquía e impunidad azotan el sitio.

Comerciantes del mercado denunciaron -en febrero de 2020- a Correo del Caroní que la delincuencia cada día toma más espacio en el lugar; la falta de seguridad en las noches hizo que los malhechores robaran bienes, electrodomésticos y mercancías originando pérdidas millonarias.
Los años han sumado nuevas formas de que impere la anarquía en el mercado. Los arrendatarios han denunciado en los últimos años que deben pagar cuotas semanales a los colectivos para garantizar su seguridad y la de sus bienes. “Si no pagas la vacuna, te mandan a robar”, aseguró un trabajador.
Situación similar pasa en el Mercado Municipal de Chirica, donde los residentes de San Félix también hacen sus compras. Una millonaria inversión hecha en 2020 por la Alcaldía de Caroní se centró solo en embellecer la fachada y no sirvió para atender las principales carencias de locatarios y compradores.
Los 70 mil dólares invertidos no resolvieron el problema de los locales de empanadas, pollos y pescadería que quedaron afectados por las aguas negras. Las cloacas pueden tardar en drenar hasta tres días y ante la ineficiente atención de Corposervicios y Supra Guayana, los locatarios pagan a cuadrillas particulares para que limpien el espacio de trabajo.