El acero, el aluminio y los productos siderúrgicos variados producidos en Guayana eran muy solicitados por el mercado chino, lo que conllevó a que en 1985 más del 80% de la exportación venezolana a Taiwán provenía del suelo guayanés, así lo dio a conocer en esa oportunidad el entonces director de la Oficina Comercial de la República de China en Venezuela, Ki-Tseng Lin.
El 22 de febrero de 1985 el emisario chino llegó a Ciudad Guayana acompañado de su esposa, Susana Tseng Lin, y otros funcionarios de la delegación comercial, como parte de una gira de varios días por el estado Bolívar que tenía como objetivo sentar bases para futuras negociaciones gobierno a gobierno.
Lo que al mercado chino le interesaba en ese entonces era la compra en Guayana de productos y materias primas siderúrgicas y mineras en mayor cantidad, para alimentar el desarrollo industrial del país asiático.

Durante su recorrido visitó la sede de Correo del Caroní e informó que existía un intercambio comercial importante con Venezuela y que la balanza comercial favorecía más a China, aunque desde Taiwán se exportaba a nuestra nación un sinnúmero de productos textiles, manufacturados y electrodomésticos.
“Para Taiwán, Venezuela es un mercado atractivo, solo que por la ubicación geográfica dificulta el transporte. Problemas técnicos que observa el diplomático. No descarta un futuro acuerdo donde las condiciones estén dadas”, se expresa en una nota publicada en nuestras páginas.
El reporte finaliza señalando que Tseng Lin se fue optimista de Ciudad Guayana, sobre todo por los contactos sostenidos, “por lo que no se descarta que en un tiempo prudencial se firmen unos nuevos convenios comerciales”.
De los años productivos y exportación de las empresas básicas guayanesas hoy solo quedan los recuerdos. La Siderúrgica del Orinoco (Sidor) cerró el 2021 con una producción del 3,31% de su capacidad instalada y al menos cuatro accidentes laborales en la Acería de Palanquillas, que de seguir incumpliendo con la dotación de uniformes e implementos de seguridad, la vida de los trabajadores correrá peligro.
El sector aluminio venezolano, liderado por las empresas guayanesas Venalum y Alcasa, cerró el año pasado con solo 145 celdas activas, de las más de 1.301 que tenía operativas hasta antes del apagón nacional de 2019. Venalum cerró el año 2021 con una producción aproximada de 38.340 toneladas de aluminio primario, el 8,9% de su capacidad instalada.
Todo esto pasa mientras el aluminio se cotiza en el mercado internacional por encima de los 2.500 dólares la tonelada, precio que no puede ser aprovechado por las industrias guayanesas debido a la falta de producción consecuencia de desinversión y malas gerencias.