El 2 de agosto de 1992 fue reflotado el buque cementero Vencemos IV, que se encontraba varado desde hace dos años en las cercanías del muelle de Alcasa, en aguas del Orinoco y durante ese tiempo unas 6.500 toneladas de cemento se endurecieron.
Al mediodía un grupo de expertos con la ayuda de cuatro remolcadores lograron reflotar el buque. Antes de la maniobra retiraron el cemento endurecido utilizando diversos métodos.
Una nota del periodista Félix Velásquez Mata contó en nuestras páginas el 3 de agosto que el barco perteneciente a la compañía Cementos Guayana, localizada en la zona industrial Matanzas, fue removido por un equipo de la empresa Almín Construcciones Navales.
El barco había llegado a Guayana desde Pertigalete, estado Anzoátegui, con una gran carga de cemento en polvo que tenía como destino Cementos Guayana. Fue anclado cerca del muelle de Alcasa, pero no hubo tiempo de descargar el cemento ya que los amarres que lo sujetaban cedieron y el buque se encalló en un lugar rocoso.
“Al encallar se abrió un boquete y el agua entró mojando la carga de cemento que se endureció impidiendo que pudiese ser sacado de las bodegas donde se encontraba”, se describe en la nota.
Dos años pasó el Vencemos IV en esa postura hasta que esta empresa fue contratada para tratar de reflotarlo. En febrero de 1992 comenzaron las labores para sacar la carga, para ello usaron cargas de dinamita para extraer de las bodegas el cemento a granel.
Luego hicieron trabajos para tapar el hueco por donde entró el agua. Posteriormente se construyó una quilla nueva y un muro de contención.
La empresa Almín Construcciones Navales contrató a tres remolcadores, el Anita-H, Río Manamo y Río Grande-T, pertenecientes a la empresa naviera Tepuy.
Hace 30 años compañías navieras hicieron un exitoso reflotado en aguas del Orinoco.
“Como a las 10:30 am de ayer comenzaron los preparativos y cerca de las 12:00 pm se hicieron las primeras maniobras rompiendo algunas amarras, pero el buque solo se movió un poco. Nuevas órdenes surgieron al mismo tiempo que se buscaba otro remolcador”, se leyó en nuestras páginas.
Después de una hora los cuatro remolcadores a un mismo tiempo comenzaron a moverse y un marino de la tripulación del buque rompió de un hachazo la última de las amarras.
“El Vencemos IV comenzó a moverse lentamente sujeto por las amarras de los remolcadores que lo llevaron hasta el centro del Orinoco. Todo había concluido. La tarea de reflotamiento fue un éxito”, terminó la nota.