Lo de Ucrania es simple: primero el retiro de las tropas invasoras. Es ridículo, vergonzoso proponer “banderas blancas” o “negociaciones” sin esa condicionante.
Javier Milei lo ha desplazado del centro de atención. Todo el mundo habla del argentino y con entusiasmo -a favor y en contra, cierto-, en cambio Lula ha pasado a un segundo o tercer lugar y decepcionando: no da pie en bola.
En los países democráticos el gobierno que asume justifica y le carga el “ajuste” a la “herencia recibida” del gobierno anterior. Lo de Milei y el desastre kirchnerista es el caso más actual, pero ¿cómo hacen los gobernantes cubanos para culpar a los anteriores si siempre son los mismos
Quiero que le vaya bien al gobierno de Milei. Por los argentinos y a la vez porque sería nefasto que fracasara y más en nombre del liberalismo.
Argentina está a punto de explotar. Hay pocos elementos definidos, mirando a futuro, que permitan fundamentar cualquier aseveración que constituya algo más que una mera expresión de deseos.
Qué va a pasar el próximo 19 de noviembre. Massa es el favorito, dicen. Manejando el dinero del Estado como lo ha venido haciendo, continuará en ello.
A Lula se le va la mano y se toma atribuciones que no tiene, lo que disgusta a militares y a Itamaratí. Es lo que se ha visto ahora respecto a esta “invitación” con inmunidad para Putin.
A quién se parece: ¿a Fujimori o a Chávez? ¿A AMLO el mejicano o a Bolsonaro? ¿A Correa, a Bukele a Ortega? Tiene algo de todos.
La ONU tiene las tres fórmulas mágicas para la paz, a saber: si la guerra es entre dos países chicos, interviene la ONU y desaparece la guerra; si es entre un país grande y uno chico actúa la ONU y entonces desaparece el chico, ahora, si la guerra es entre dos países grandes la que desaparece es la ONU.
Difícil con Sánchez .Quiere seguir en la presidencia cargo en el que se siente cómodo aunque lo sea con dudosa legitimidad. Ha demostrado que se adapta.