El presidente colombiano Gustavo Petro los midió sus pequeñeces y celebró, pues el último eslabón de la legitimidad democrática termina expulsado de tierra propia, que la es también la del Virreinato de Nueva Granada, vientre que nos da entidad política y el carácter nacional que se nos ha disuelto.
Hoy día se sigue recostado de unas conversaciones entre las partes, que no son bienvenidas y solamente sirven para hacer turismo de lujo. Una de las puntas debería ser consciente y reconocer que a la otra le importa un bledo la opinión de tengan sobre ella, mientras detenten el poder, sin solución de continuidad.
Estas investigaciones internacionales involucran unos 68.311 millones de dólares, una cifra pequeña considerando los otros actos de corrupción desde Venezuela que no se han investigado y no tienen trascendencia internacional.