viernes, 29 marzo 2024
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De lo que sobra

El minimalismo es una corriente artística que sólo utiliza elementos nimios y básicos. Por extensión, se asocia a la reducción, a lo esencial, sin sobrantes o accesorios: generar sentido a partir de lo mínimo.

@ngalvis1610

Hoy inauguramos un nuevo espacio de encuentro. Encuentro de opiniones y de reflexiones, donde estaremos disertando sobre el arte, el mundo, lo cotidiano y lo extraordinario, el hombre y sus capacidades creativas. En un mundo en el que todo pareciera ir conformemente hacia la destrucción, nos encontraremos en un inciso de tiempo para dialogar sobre lo que nos ha caracterizado a lo largo de nuestra historia humana. El gran valor de la construcción del mundo, de los objetos que nos han descrito como unos de los seres que han transformado el entorno, que nos hemos fabricado el espacio para vivir y para morir.

Los hombres hemos creado la diversidad de nuestra antinaturalidad y la hemos devenido originaria, cotidiana y ordinaria. Y eso ha sido un poco el arte, una forma de justificarnos como seres humanos, mil maneras de representarnos, describirnos y pretendernos. Son cuantiosas las maneras y las vías que hemos utilizado para expresarnos, al punto de que tuvimos que inventar la palabra y también escribirla. Por muchas razones, necesitábamos decirnos, quizá porque nunca fuimos entendidos ni siquiera por nosotros mismos, que convivimos con la necesidad de comunicación convertida en una eterna búsqueda que no terminamos, o que realmente la conseguimos perdida y ese ha sido nuestro mayor hallazgo. Por eso el arte y nuestro deseo inacabable de expresión.

Hablaremos, propondremos a partir de esas tantas vías que el hombre, metamorfoseado artista, ha utilizado para calzar en el mundo, en ese que se ha construido para habitarlo, para vivirlo en su carencia y en sus excesos. Asistimos a unos textos que volverán a arrojar tinta sobre el trillado partido que se ha dado a conocer como el mundo del arte.

Hoy vamos a revisar un poco, sólo un poco y bastante someramente, una tendencia que, debo confesar, es una de mis favoritas. Por supuesto que mi juicio de gusto sobre esta forma de expresión radica en sus formulaciones y conceptos y muy seguramente por lo que demanda pensar y reflexionar. Hablamos del minimalismo (es una traducción transliteral del término inglés minimalism). Es de los conocidos movimientos artísticos, de las vanguardias que definieron el arte a partir de las propuestas decimonónicas, y que cubrieron gran parte de las propuestas plásticas del siglo XX. Los expertos sostienen que, como tendencia artística, surgió en la década de 1960. Lo primero que me gustaría destacar es esa cualidad por acentuar una economía de medios para la expresión, una esencialidad que podría definir esta condición plástica, pero creemos que además bien podría contrastar con nuestra rebuscada y artificiosa realidad contemporánea.

El término minimalismo en el arte fue usado por vez primera en 1965 por Richard Wollheim (1923–2003) en un artículo en la revista Art Magazine. En él sentaba ciertas bases para la conceptualización de esta tendencia y en el que afirmaba, palabras menos, palabras más: “… Se podría decir que toda obra de arte modifica más o menos la percepción del espacio circundante, pero que las obras minimalistas lo hacen intencionalmente como parte de su contenido”. Es así, y como tantas veces ocurre en la historia, como el filósofo inglés Richard Wollheim es considerado como el responsable de acuñar el concepto de minimalismo, en referencia a las obras del norteamericano Ad Reinhardt y el francés Marcel Duchamp. En un sentido más amplio, también se pueden mencionar a artistas de la talla de: Donald Judd, Frank Stella, Sol LeWitt, entre otros.

Entre las características básicas del minimalismo, podríamos mencionar: una abstracción total, es decir que las obras operan sólo en términos de superficie, formato y color, logrando superficies enfáticamente monocromáticas, lo que iniciaría la presencialidad de esa destacada economía de lenguaje y medios. Alcanzado por el uso literal de los materiales. Radicalizado por la más acentuada austeridad, con una casi total ausencia de ornamentos. En una constante de purismo estructural y funcional, hacia la conformación del orden más estricto, subrayado por una Geometría Elemental Rectilínea. La que se expone con la máxima sencillez debido a reducción y síntesis, precisión en los acabados, a la desmaterialización, a su fuerte carácter de opacidad, poca posibilidad de brillos. Con una fuerte concentración consigue la definitiva ausencia de contenido formal o de estructuras relacionales, e inaugura la producción y estandarización industrial.

Bien, todo esto nos puede llevar a concluir que el minimalismo también tiene su reflejo en una filosofía o forma de vida que propone manifestar lo importante y quitar todo lo innecesario como vía para conseguir la realización personal. Es un estilo de vida, es una filosofía, es un arte, es una alternativa. Lo que queremos decir es que ser minimalista es estar en un nivel preferente. “El minimalista ordena, limpia y se libera de lo no-esencial”. Un minimalista alcanza un alto nivel de selectividad. A pesar de su simplicidad, el minimalismo es difícil de alcanzar. Intenta tomar todo aquello que sencillamente no es íntegramente fundamental e importante y luego hacerlo desaparecer para siempre. También hace referencia a cualquier sujeto que se haya desnudado a lo esencial, despojado de elementos sobrantes. La persona que comulgue con estas premisas, se inclinará irremediablemente a una actitud que limpia, ordena y se libera de lo accesorio. Mantiene lo fundamental en su vida y lo demás lo hace desaparecer.

En nuestras vidas, muchas son las cosas que sobran, hay personas que sobran, se suscitan cantidad de situaciones sobrantes, y tantas preocupaciones sobran, que bien nos convendrían minimizar, conducir nuestro día a día a lo esencial. El minimalismo es la corriente artística que sólo utiliza elementos mínimos y básicos. Por extensión, en el lenguaje cotidiano, se relaciona el minimalismo con todo aquello que ha sido reducido a lo fundamental y que no exhibe ningún elemento excesivo o accesorio.

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