jueves, 28 marzo 2024
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¿Primaria o bachillerato?

No nos vamos ni por las buenas ni por las malas, dijo algún individuo arrogante y de pocas luces, lo cual aclara cualquier duda sobre el concepto de alternabilidad democrática transitado desde el poder ostentado aposta y a juro.

El régimen está nervioso, inquieto, sin rumbo y desacertado, como siempre. No es para menos.

Aunque le duela, aparte de tener al pueblo alzado por todas sus acciones y omisiones, tiene avistado un tsunami de voluntades, de intensidad incontrolable, formándose en todo el territorio de la república. En cada rincón de la nación hay poblaciones enteras respaldando la imagen de una persona que ha logrado, a pesar de no ser populista ni de izquierda, aglutinar un sentir homogéneo, adverso y unánime, contra la circunstancia muy temporal que ha arruinado el país en todos los aspectos numerables, tanto colectiva como individualmente.

La manera que han encontrado para contrarrestar y minimizar el descontento general es mediante la distracción con noticias alarmantes, falsas o de poca importancia; pero que hacen desviar la mirada y focalización de los verdaderos factores de inquietud ciudadana. Hambre, precios, devaluación del bolívar casi inexistente, gasolina enviada a los cubanos, salud, gente viviendo bajo los puentes, delincuencia, abusos de los organismos y sus funcionarios, y falta papel.

Con la Comisión Nacional de Primaria solo están pendientes los políticos que buscan descollar de alguna manera, aprovechando la oportunidad de las próximas votaciones, pero el pueblo sufriente pone el énfasis en respaldar y aupar las pretensiones de quien realmente tiene posibilidades teóricas de defenestrar la cabeza visible de la orgía institucionalizada. Las primarias, sumamente importantes y canalizadoras de la anarquía existente en la oposición, tendrían la finalidad de encauzar a la población hacia un candidato unitario, o unificado, para representar la opción contrincante al régimen en las elecciones.

En circunstancias normales, este objetivo sería intachable e inobjetable; no obstante, de acuerdo a los constantes testimonios negativos y frustraciones a lo largo de años, se duda si la intención de los venezolanos se verá reflejada fielmente, o si ella será manipulada o desviada por intereses personales y partidistas alejados del pensamiento y empeño de la colectividad.

Lo lógico y sensato sería una representación única derivada del arbitrio multitudinario, sin ápice de duda, que pudiera arrastrar suficientes votos para impedir el triunfalismo demostrado y ejecutado en el sinnúmero de sufragios que han precedido al venidero cercano.

No se puede desconocer ni ignorar la apetencia pública por una figura renombrada, en el presente bastante popular, perteneciente a la derecha liberal, conocida por mantener una actitud y posición sin mendacidades acomodaticias, a través de casi cinco lustros, frente a los desmadres oficiales. Está clarísima su antipatía hacia esta izquierda radical que tanto daño ha causado mediante la importación de tutelaje extranjero en diversos idiomas, no sin aportar e instigar la perturbación revolucionaria vernácula.

No nos vamos ni por las buenas ni por las malas, dijo algún individuo arrogante y de pocas luces, lo cual aclara cualquier duda sobre el concepto de alternabilidad democrática transitado desde el poder ostentado aposta y a juro. ¿Nuevo orden mundial? El propósito y determinación del gobierno, del Foro de Sao Pablo, del Grupo de Puebla y de la izquierda extrema con mente traspapelada es imponer la pesadilla social comunista, malograda desde sus orígenes hace doscientos años, en cualquier comunidad candorosamente idealista.

Seguramente los postulados tendrían oportunidad de salir airosos, una más que otros, sin embargo está cantada, por distintos signos, la disposición de quedarse los que están actualmente, aun si es necesario desconocer la avalancha de votos obtenidos en su contra. Nunca dirán lo dicho por Emparan.

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