jueves, 28 marzo 2024
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Ceguera ideológica lulática

El brasileño es una suerte de capo, un faraute del socialcomunismo, un pran progre “formado” en la cárcel, pero que corta el bacalao a su gusto y reparte según su saber y entender.

El Lula que asumió el poder llegó más viejo, pero más envenenado de ideología. En la cárcel se metió una sobredosis de aquel tósigo mental, que en palabras de Octavio Paz impide pensar. Pero también tiene una ceguera biológica selectiva y entubada, que le obturó los campos visuales. Su fanatismo ideológico le impide ver la terrible tragedia que sufre el pueblo venezolano, perpetrada por la élite dominante que él defiende como si se tratara de apóstoles, que sólo han hecho el bien en este valle de lágrimas. El brasileño debe tener un glaucoma avanzado de ángulo cerrado, con el punto rojo socialcomunista en su mira, para espetar aquel farragoso palabrerío que convierte en víctima al más cruel victimario de la comarca.

Lula -dícese obrero y sindicalista- es aliado de las tiranías más brutales que existen en el mundo, y de todos aquellos que tienen como tarea esencial su defensa donde quiera que sea. Como estas dictaduras pagan muy bien por estos inestimables servicios, tienen nóminas secretas muy abultadas, para retribuir y recompensar con largueza a gente como Pablo Iglesias, Carolina Bescansa, Baltazar Garzón, Juan Carlos Monedero, José Luis Rodríguez Zapatero y otros tantos de la misma calaña, agrupados en mafias zurdópatas, que buscan adueñarse de cuanto territorio le pongan bandeja de plata.

Es el negocio más lucrativo de aquellas taifas de vagos y aprovechadores, que se han hecho fuertes e influyentes cobijados por organizaciones como el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla, ALBA, Unasur, et al. Inventadas por ellos mismos para agrupar a la izquierda más ciega y recalcitrante, sólo interesada en el poder y las riquezas fáciles que este proporciona. Antes samureaban cuando un tirano asaltaba el poder violentamente, ahora asesoran a los aspirantes a dictadores, y cuando ganan las elecciones cobran sin facturar, porque sus honorarios superan a los de Obama y Kissinger juntos.

La complicidad entre el zurdaje es multinacional, internacional y transversal. Por eso Lula -el otro presidente obrero- que asumió su segundo mandato en enero de este año, convoca a una cumbre con el propósito de blanquear a su colega venezolano, a quien mandonea como mejor le parece. Porque el brasileño es una suerte de capo, un faraute del socialcomunismo, un pran progre “formado” en la cárcel, pero que corta el bacalao a su gusto y reparte según su saber y entender.

El ex reo carioca -condenado por la corrupción continental que organizó con Odebrecht y en la que están involucrados ex presidentes y ministros de varios gobiernos de la región- cita a sus colegas para leerles la cartilla, dictarles cátedra en torno al Brics e imponer su relato sobre el democrático y transparente desempeño del locatario miraflorino.

Lo primero fue la reunión bilateral con el que te conté, y después se produjo el encuentro con el resto de los presidentes sudamericanos. Para lo cual se hizo preparar una batería de locuciones, entre las que destacó lo de la “construcción narrativa”. Es decir, Lula apeló a lo que pudiera ser un género literario en el ámbito de la prosa, que los enemigos de su colega pergeñaron con el oscuro propósito de atacar al magnifico régimen que ha pisoteado a los venezolanos durante 24 años.

En Venezuela se impuso un realismo socialista al estilo de Stalin y en clave de tragedia, que es una obra de teatro cuyos protagonistas acometen inflexiblemente determinadas empresas y/o se ven arrastrados por pasiones que desembocan en un funesto, desastroso y doloroso final. No es realismo mágico es realismo trágico lo que se sufre en Venezuela, y el Lula titiritero se dedica a defender y proteger al verdugo.

Se confirma que estos poderosos sólo tienen ojos para sus iguales y les importa un carajo el sufrimiento de los pueblos. Como el de los venezolanos que no tienen derechos de ningún tipo, porque le son violados un día sí y otro también. Lo que ha dado lugar a la mayor diáspora del continente, con millones de excluidos que huyen del hambre, de la violencia, la inseguridad y de la falta de oportunidades.

Pero no todos los presidentes se dejaron naricear. El chileno Gabriel Boric y el uruguayo Luis Lacalle Pou expresaron su rechazo a la postura del anfitrión, quien además de prohibir la transmisión por TV de los discursos presidenciales, uso esta cumbre para mostrar su poderío y defender a su tutelado. También la Cámara de Diputados brasileña aprobó una moción de repudio por la visita del primer combatiente venezolano “por antidemocrático y autoritario”.

Agridulces

La FAN cuida con denuedo y abnegación nuestro macizo guayanés. Las URRA del Ceofan hicieron un hallazgo de 220 litros de diesel, un tubo de una pulgada, 2 plantas eléctricas y un motor fuera de borda. ¿Con un despliegue de 5 mil efectivos no será como mucho?

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