jueves, 28 marzo 2024
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Basura Cero: oportunidad única y original para desarrollar el sentido de pertenencia en torno al reciclaje

El proyecto  promueve la recuperación del 90% de los residuos, a través de un Sistema de Gestión Ambiental que la empresa instala en viviendas, urbanismos, residencias, industrias y espacios públicos.

La disposición final de los desechos generados por el consumo diario en cualquier ámbito siempre es un punto álgido en cualquier ciudad del mundo. En el caso de Ciudad Guayana surgió un proyecto que busca disponer de forma útil y amigable estos residuos.

El proyecto Basura Cero surge en 2007 por iniciativa del empresario Mario Dos Santos, quien en ese momento se dedicaba a la venta de cauchos para vehículos y de maquinaria, y viendo la cantidad exorbitante de cauchos en desuso que se generaba estableció relaciones con empresas del sector del reciclaje en la frontera con Brasil y Colombia para su recuperación y se dio cuenta que la basura “no es un problema sino una solución”.

Por esto Dos Santos realizó una investigación independiente sobre el proceso de recuperación de cauchos e hizo contacto con la empresa Alemana Boomati, para adquirir un equipo que podría reciclar los mismos y del proceso obtener 10 mil derivados del caucho, además de petróleo tipo F al final de toda la línea de producción.

Culturización del reciclaje

Dos Santos comenta que “existe un mal uso conceptual de los nombres que se utilizan, como el de desecho; el cual se define en el diccionario como material de un solo uso. Partiendo desde esta lógica, no se pueden recuperar, ni tratar, solo deben ser desechados correctamente, y forma más correcta es la incineración y aprovechar el otro 90% restante”.

El empresario señala que existe un paradigma en torno al papel sanitario y su disposición correcta, asegura que lo ideal que debería hacerse es el uso del sistema natural y utilizar el agua para la limpieza y así evitar su uso en lo posible de papel, ya que el mismo es el más contaminante de los residuos que existe.

Basura Cero, refirió Dos Santos, tiene una temática diferente a los demás procesos de reciclaje tradicionales, que se articula en la recuperación in situ, usa ecoclasificadores, incluye puntos ecológicos y puntos de transferencia temporales, ubicados dentro de la ciudad, con no más de 5 kilómetros de distancia entre unos y otros y que dependen de la ruta ecológica horaria a través de los recuperadores y se organizan por frecuencia de colores, que permite que se distingan.

“¿Quién hace este trabajo? Los personas y como es una actividad que hacemos todos, podemos crear un sentido de pertenencia en el ciudadano para que este comprenda que con una metodología sencilla se puede contribuir con la economía de hogar, comercio e industria, entrando en la economía circular de las 3R; de Reducir (el consumo de bienes), Reutilizar (darle una segunda vida y utilidad a los residuos), Reciclar (fabricación de productos a partir de materiales reciclados), logrando así una sustentabilidad y sostenibilidad ecológica y así la inmediata eliminación de los vertederos de basura”, explica Dos Santos.

Refirió que entrando en la economía circular se genera un incentivo económico, basado en una pequeña monetización por kilo recuperado, que puede luego ser usada para solventar pagos de luz, agua, telefonía Movilnet, Seniat, Alcaldía, compra de insumos, entre otros, con el canje de los puntos ecológicos que cada uno tenga en sus billeteras virtuales.

Jornadas de recolección

“Existe una ruta ecológica de recuperación horaria, caracterizada por el uso de colores que determinan la frecuencia con la que se debe recuperar en cada zona y estarían caracterizadas como los ecoclasificadores: en amarillo (baja densidad), que sería una vez a la semana, azul (media densidad), que sería tres veces a la semana, rojo (alta densidad), que sería una vez al día, verde (recuperación orgánicos), que sería una vez al día y negro (desechos o patógenos) que sería una vez al día”.

Dos Santos comenta que “la generación de los residuos sólidos y líquidos en el país, según su análisis de costo y tomando solo el 50% de la generación por individuo, que es mundialmente de 1,2 kilo por día, sería de 810.000.000,00 millones de dólares anuales, sin contar la población flotante, por lo que podrían estar entrando a las arcas del país unos 70.000.000,00 millones de dólares, lo que haría que la cotización del dólar se mantendría en baja y con un país estable, aparte de ser ecológicamente amigable”.