jueves, 28 marzo 2024
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José Khan, el hombre detrás del BCV que prometió “disciplinar” el mercado del oro e instaurar el control obrero

Pese a su trayectoria sindical, la promoción del control obrero y del Plan Guayana Socialista no generó beneficios para los trabajadores de Guayana, aunque fue corta su labor durante 2010, se encargó agravar aún más la crisis de las empresas básicas.

El economista José Chino Khan falleció el pasado miércoles 12 de agosto. Fue vicepresidente del Banco Central de Venezuela, vicepresidente y presidente de la Comisión de Administración de Divisa (Cadivi) y vicepresidente del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). En Guayana se le recuerda por su gestión directamente vinculada a dos momentos clave: el nacimiento del Plan Guayana Socialista 2009-2019 (acelerador del declive productivo de las empreas básicas) y del Arco Minero del Orinoco en 2016.

Khan dirigió el Ministerio de Industrias Básicas y Minería en dos períodos: entre 2006 y 2008, y entre 2010 y 2011, en este último también presidió la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) bajo un contexto de disminución en la producción, malestar laboral y pérdidas económicas para las empresas.

Aunque a Khan los trabajadores le reconocían el tono conciliador, y su capacidad de escucha, esto nunca se tradujo en resultados concretos en la discusión plural de las ideas y en la toma de decisiones. El director laboral de la CVG, Cecilio Pineda, considera que las dos gestiones de Khan fueron grises porque, aunque las estatales no habían llegado a su peor récord productivo, se profundizaron los daños y se abandonó la inversión tecnológica por darle prioridad a la agenda partidista. 

    La reactivación de las industrias y la ejecución de proyectos en diseño quedó como una deuda pendiente no solo de José Khan, sino de los ministros de Industrias que le sucedieron

El también fundador de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) siempre estuvo vinculado al sindicalismo. De acuerdo con la organización Poderopedia dirigió el Sindicato de Empleados Administrativos de la UCV y posteriormente fundó la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la FBT, esta última de privilegiado poder en la región.

“El control obrero es la herramienta para forjar el destino de la nueva patria”, mencionaba Khan en 2010. Esta vez como presidente de la CVG y ministro promovió el Plan Guayana Socialista 2009-2019 que consistía en darle más “poder” al obrero, pero que solo generó mayor sectarismo.

En las mesas de trabajo de dicho plan solo se incluía a quienes la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) decidía, es decir a quienes tenían una línea pro gobierno.

Chino Khan es uno de los pioneros del desastre de las empresas básicas aplicando lo que él llamó control obrero y lo que hizo fue desarticular la estructura administrativa y de producción de todas las empresas”, argumentó Pineda.

El periodo de Khan abrió puertas para la discusión de contratos colectivos, pero Pineda señala que, aunque había buenos beneficios en papel, no se tomaba en cuenta que la producción de las empresas era cada vez menos y no iban a ser sostenibles en el tiempo.

Expresó que, aunque hubo inversiones en su último y corto periodo, no hubo contraloría en los recursos aprobados, por lo que los proyectos o no eran bien ejecutados o no se lograban los objetivos que estaban planteados.

Obreros controlados

   
El control obrero solo benefició a la política del Partido Socialista Unido de Venezuela | Foto William Urdaneta

José Morocoima, exsecretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Alúmina, Bauxita y sus Derivados (Sutralúmina), recuerda a Khan como un hombre que buscaba el encuentro con los trabajadores pero que priorizó sus ideologías políticas por encima de las industrias.

“No por muerto deja de ser culpable de todas las cosas que siguen ocurriendo aquí en Guayana”, manifestó Morocoima. El dirigente recuerda que el llamado control obrero era más como “obreros controlados” ya que no se podía adversar las líneas políticas del gobierno.

Este plan lo que trajo consigo fue que a la hora de gestionar los cargos se priorizara los intereses políticos que tuviera una persona, más que la capacidad que tuviera algún trabajador. “Ser militante del partido de gobierno era más provecho que ser militante del proceso productivo (…) el Chino Khan fue uno de los grandes culpables de la pérdida de la meritocracia en las empresas básicas”, dijo.

No cumplió

En febrero de 2011 Khan compareció ante la Asamblea Nacional por la caída productiva y las políticas que se venían tomando desde su llegada en 2010, en ese momento justificó el estado de Sidor señalando: “Recibimos una empresa sin inversiones, con una tecnología obsoleta y una deuda enorme, tuvimos que asumir eso”.

Sidor en manos del grupo Techint para 2007 produjo 4.3 millones de toneladas de acero, cifra más alta hasta ahora. Yunis Hernández, miembro de Unidad Matancera, señaló que Khan le prometió que Sidor iba a ser sustentable por si sola pero no pudo al ceder al populismo y al gobierno central.

Hernández cuestionó que se empezó a nombrar en asambleas gerentes que estaban comprometidos con el partido PSUV y no con la producción. “Vinieron a hacer gestión política, no una gestión administrativa”, recordó.

Como miembros de Unidad Matancera no fueron tomados en cuenta en el Plan Guayana Socialista y no podían hacer propuestas porque eran tildados como agentes de la transnacional. El dirigente sindical admite que, aunque Khan siempre estaba presto a atender a los trabajadores, de igual forma las grandes necesidades de la compañía no las atendió durante su periodo.

Arco Minero

En la industria del oro, Khan fue promotor del Arco Minero del Orinoco desde dos funciones: como directivo del BCV y como presidente de la Corporación Venezolana de Minería.

“Nuestro país es rentista. Depende de una actividad. Y el Banco Central (BCV) ha querido manifestar su seria decisión de contribuir la diversificación económica”, dijo en 2010 en un encuentro con periodistas reseñado por la BBC Mundo.

Para ello se proponía “disciplinar el mercado interno”, tras el reconocimiento de que buena parte de la producción aurífera no era declarada al Banco Central. Esto suponía mejorar las relaciones con mineros informales y las pequeñas y medianas empresas (privadas), a través de la instalación de oficinas de la entidad en Guayana. Una de ellas, por cierto, la construcción de una sede del BCV que tiene más de un año paralizada.

Pero el control de la producción nunca se concretó a los fines de los intereses del Estado, sino que incrementaron las denuncias sobre contrabando de oro. En junio de 2018, Khan renunció -junto a otros tres directores del BCV- para asumir otros puestos ministeriales.