Madrid.- El nuevo ‘dream team’ del equipo Repsol-Honda de MotoGP, Jorge Lorenzo y Marc Márquez, promete combinar una rivalidad «con respeto» en la pista y un compañerismo en el box que ayude a mejorar sus monturas y lograr éxitos en 2019.
Vigente campeón del mundo, Marc Márquez ve cómo la retirada de Dani Pedrosa deja sitio a Jorge Lorenzo, para formar, sobre el papel, un potente equipo que reúne ocho títulos mundiales en la categoría reina de motociclismo.
«Entro en un equipo histórico y estoy muy orgulloso de coger la Honda», aseguró Lorenzo, de 31 años, que abandonó Ducati al término de la pasada temporada, que calificó «de muy dura», hasta el punto que llegó a plantearse la retirada porque «veía que trabajaba, pero los resultados no acompañaban».
El tres veces campeón del mundo de MotoGP (2010, 2012 y 2015) se une en Honda a Márquez con el que tuvo algún roce en el pasado, aunque ahora ambos se disponen a intentar llevar adelante una sana competencia en el seno del mismo equipo.
‘Compañeros, pero rivales’
«Somos compañeros, pero somos rivales en la pista, siempre con respeto», dijo Márquez, recordando que con su competencia «muchas veces nos ayudaremos sin saberlo para crecer el nivel, eso será bueno para mejorar la moto».
«Eso de los dos gallos en un gallinero, la gente suele sacar los negativo más que lo positivo. En este caso tener dos pilotos fuertes, siempre hacer crecer, que el otro no se relaje», aseguró Lorenzo.
«El pique que podamos tener Marc y yo es algo natural porque tenemos las mismas armas. Es un amor-odio que te hacer ser mejor», aseguró el antiguo piloto de Ducati y Yamaha.
Márquez, sin embargo, intenta mantener los pies en el suelo ante las expectativas que puede haber levantado el dúo reunido por Honda.
«No me gusta lo del ‘dream team’, eso está bien si llegas a final de año y estás ahí arriba», afirmó Márquez, de 25 años, a falta de pocas semanas de que empiece la temporada el 10 de marzo en el Gran Premio de Catar.
Un inicio de temporada al que tanto Márquez como Lorenzo llegan lastrados por las lesiones.
Márquez todavía se está recuperando de la operación del hombro derecho a la que se sometió en diciembre pasado para solucionar las molestias que sufrió con la articulación durante toda la temporada pasada.
Operación complicada
«La operación se complicó un poco porque vieron que había más cosas rotas de las que se había pensado en un inicio», afirmó el cinco veces campeón del mundo de MotoGP (2013, 2014, 2016, 2017 y 2018).
«Mi objetivo es Catar, pero en las pruebas de Sepang (del 6 al 8 de febrero) espero ya poder hacer algo», dijo Márquez, admitiendo que no estará al 100%, pero poniendo de relieve la importancia de esos test, donde el equipo probará nuevas piezas para su moto.
En esos ensayos no estará Lorenzo «porque en quince días tendría mucho dolor, pero sí estaré en Catar» para los tests que se llevarán a cabo entre el 23 y el 25 de febrero.
Lorenzo acudió este miércoles a la presentación de su nuevo equipo con la mano vendada tras ser operado del escafoides de su muñeca izquierda el lunes pasado.
El piloto mallorquín, que aseguró que tiene mucho que aprender de Márquez, elogió su nueva montura que probó en los entrenamientos de Valencia y Jerez en noviembre pasado.
«La moto me gustó mucho, es muy ágil, entra muy bien en las curvas, en general el equipo me encantó», añadió Lorenzo, admitiendo que habrá que hacer algunos ajustes.
